Hoy toca echar la vista atrás y volver allá por el año 2007, cuando en el género futbolístico reinaba sin discusión alguna Konami y su Pro Evolution Soccer 6. Este título fue para muchos el summun de los simuladores hasta la fecha, sin embargo, también resultó ser el principio del fin de una era, el fin de ciclo para los japoneses y el comienzo de la época dorada de EA y su Fifa.
Tras una larga travesía por el desierto, este año nos aseguran que PES ha vuelto para quedarse. Atrás quedan esos intentos fallidos por hacer frente a un intratable Fifa. Cada edición era más decepcionante que la siguiente y ni siquiera las bajadas de precio pudieron levantar las ventas de un simulador que sabía que cualquier época pasada había sido mejor.
Ahora llega Pro Evolution Soccer 2015, el primer título de la saga para consolas Next-Gen, con un motor Fox Engine que por fin parece estar pulido y listo para trabajar. Este PES prometía mucho, veremos sí por fin Konami nos dice la verdad y llega a esta nueva generación a luchar por el trono arrebatado.
¿Quién contempla hoy en día el fútbol sin Messi y sin Cristiano Ronaldo? Actualmente parece que no podemos comprender su calidad sin comparar al uno con el otro, y esto es exactamente lo que ocurre cuando pensamos en PES y FIFA, que por mucho que intentemos pensar en singular, son una pareja inseparable. Aunque lo que nos atañe hoy es el título de Konami, y a ello vamos.
Hora de saltar al campo
Como no puede ser de otra forma, tratándose del género que es, comenzaremos hablando del apartado más esencial: la jugabilidad, es decir, si lo que hacemos es jugar al FÚTBOL con mayúsculas.
Antes de tocar la pelota queremos hablar un poco de la interfaz del juego, tanto en los menús online y offline como en la gestión de la estrategia. En líneas generales la navegación es bastante intuitiva, muy similar a la que tiene Fifa 15, incluso más cómoda. El problema llega, en primer lugar, cuando nos adentramos en los servidores de partidas online, donde todavía tenemos ciertas dudas de cómo se forman los partidos cooperativos o jugando cada uno con su propio jugador. Respecto a la pantalla de la selección de estrategia, es realmente confusa y no acabamos de relacionar la descripción de las opciones con su función real.
Ya dentro del campo, antes de entrar en temas muy específicos, hemos de decir que nos ha gustado mucho el ritmo del partido, muy logrado y teniendo la opción de decidir si queremos plantear un fútbol más directo, o por el contrario, decidimos tocar el balón con más calma. Parece algo bastante obvio, pero en muchísimas ocasiones estos juegos se convierten en un absoluto «correcalles» en donde el más rápido se lleva la palma, y aquí vemos que podemos tener un control del juego bastante completo. Además, en función de nuestras preferencias, podremos elegir entre cinco velocidades, las cuáles otorgan un desarrollo del juego bastante distinto. Personalmente nos quedamos con la «-1» ya que creemos que es la que más se acerca al auténtico ritmo del fútbol.
Uno de los aspectos que más nos han sorprendido son las físicas del balón, las mejores que hemos visto en un juego de fútbol hasta el momento. Es verdad que siempre ha sido un punto muy fuerte de la franquicia de Konami, pero este año han subido otro peldaño. Tanto en pases, tiros, rechaces o simplemente rodando por el campo, el comportamiento del balón es impecable, dando en todo momento la impresión de tener una combinación perfecta entre peso y trayectoria. Es una auténtica gozada hacer un cambio de banda y ver la parábola del balón y el posterior control de nuestro compañero. A día de hoy es la sensación más parecida al fútbol real que hemos podido ver.
Manejando todos los aspectos del fútbol
Toca ahora desgranar el ataque, lo que al final viene siendo la salsa del deporte rey. En primer lugar toca hablar de los pases, quizás el aspecto más importante del juego aunque solo sea por su frecuencia de uso. Como viene siendo habitual en los últimos títulos de la saga, dispondremos de un control manual y otro asistido con diferentes opciones de graduación. Estos pueden escogerse previamente en los menús, aunque si lo deseamos, podremos realizar un pase manual cuando así lo creamos necesario simplemente pulsando L1 mientras lo damos. Aquí lo que realmente funciona es el término medio, al menos mientras somos principiantes. Esto es así, porque si dejamos que la maquina nos ayude en exceso perdemos gran parte del control, puesto que el balón circula por el campo como si fuera por un carril, muchas veces hacia el jugador que no queremos. Por otro lado el que nosotros dirijamos totalmente la trayectoria es realmente complicado aunque muy satisfactorio y útil en el momento que lo dominemos, sobre todo en los pases en profundidad, los cuales son una auténtica delicia cuando ya somos capaces de poner el balón donde queremos.
Los disparos a puerta eran otra de las asignaturas pendientes de Pro Evolution Soccer y, aunque no se hayan solucionado todos los problemas, las mejoras son bastante evidentes. Al igual que en el caso de los pases, podremos escoger entre tiros asistidos y manuales. En el caso de los primeros, no están mal hechos, sin embargo, están excesivamente teledirigidos, teniendo especial predilección por los palos y sobre todo el larguero, siendo irrisorio las veces que ocurre durante algún partido. Los segundos son realmente complicados de dirigir, pero si se llegan a dominar nos darán un plus respecto a aquellos jugadores que jueguen con disparos asistidos. Otro apartado en el que se nota que Konami ha trabajado, es en la posibilidad de rematar en carrera o presionados por un defensa, tema que en anteriores juegos parecía imposible, ahora se ha implementado de manera correcta.
El sistema defensivo está muy bien equilibrado. No vemos delanteras que destrocen defensas por sistema, ni jugadores indefendibles, aunque esto no quiere decir que no exija cierta sincronización para evitar los goles. Digamos que hay que hacerlo bien, pero sí es posible conseguirlo. La presión que ejercemos tanto nosotros como la IA estando bajo nuestras órdenes es bastante intensa, eso sí, si mantenemos esta intensidad durante todo el partido, la resistencia de nuestros jugadores se verá seriamente lastrada.
Tema aparte es el de los porteros, no responden tan bien como nos gustaría y las animaciones son escasas, aunque realmente no resulta algo frustrante y tampoco será fácil marcar o recibir goles. Lo que sí nos ha gustado mucho son las reacciones ante las segundas jugadas ya que demuestran un nivel de reflejos muy sorprendente. Los saques de puerta han mejorado mucho respecto a anteriores ediciones, aunque lo que hemos percibido es que al pegarle con el pie la potencia es excesiva, llegando balones de portería a portería con bastante facilidad.
Dentro de esto, también debemos de mencionar las jugadas a balón parado, las cuáles hemos percibido que son bastante asequibles; aunque quizás demasiado, gracias al sistema basado en ambos joysticks para colocar y dar efecto. En primer lugar las faltas son más precisas que nunca, y sobre todo nos ha gustado mucho el poder recurrir, de manera satisfactoria, a lanzarlas por el lado del portero. Lo que sí hemos notado es que es “fácil” marcar de libre directo y no necesariamente con jugadores como Pirlo o Messi, sino que casi cualquiera tiene un toque bastante exquisito. En los corners es muy probable colocar el balón en el centro del área generando posiciones cómodas de remate; otra cosa es la efectividad que tengan nuestros jugadores para marcar gol. Por último, los penaltis, paradójicamente son los más complicados de marcar. Hasta que nos acostumbremos, es muy probable que los lanzamientos vayan excesivamente centrados o directamente fuera.
Jugando contra el entorno
La inteligencia artificial nos ha gustado mucho, de hecho hacía mucho tiempo que no disfrutábamos así de partidos contra la máquina. Un control de ritmo muy inteligente basado tanto en el estilo de juego, propio de los equipos contra los que nos enfrentamos, como en el desarrollo del partido. Nuestros jugadores cumplirán muy bien el cometido con buenos desmarques y controlando bien sus marcas en defensa. Eso sí, tenemos que ponerle un pero, y este es la torpeza y la falta de iniciativa al tener que ir por un balón dividido. En muchas jugadas les cuesta sobremanera recoger un rechace o meter un pie para empujar el balón hacia la portería, aunque realmente este es el único punto donde hemos notado esa falta de inteligencia.
El peor apartado del título es probablemente el arbitraje. El criterio es en muchas ocasiones incomprensible, llevándonos tarjetas rojas por empujones sin importancia y dejando impunes entradas dignas de los jugadores más rastreros. Sencillamente esto nos puede condicionar de forma increíble un partido sin comerlo ni beberlo, llegando a estropear la gran experiencia que nos da el título.
Modos de jugar con pocas licencias
Es el momento de hablar de los distintos modos y licencias que tiene este PES 2015. Una vez más contamos con el modo Uefa Champions League y Uefa Europa League, los cuales nos trasladan a las dos competiciones más importantes del continente. Sin embargo, respecto a ediciones anteriores comprobamos que no todos los equipos que forman este torneo están licenciados, encontrándonos a equipos como el London Blue compitiendo por la Champions.
Además de las competiciones europeas, Konami ha vuelto a incluir entre sus trofeos oficiales la Copa Libertadores, la Copa Sudamericana, esta vez arrebatándole la liga brasileña a su rival, y la AFC Champions League que reúne a los mejores equipos de Asia. Además, cuenta con una Copa Internacional en donde disfrutar de partidos entre selecciones o la mítica Copa Konami que será totalmente personalizable. Por supuesto podremos disfrutar tanto las ligas como los torneos de cada país de forma individual.
Entre los modos de juego propios de este PES 15 destacan aquellos pertenecientes a la sección Football Life. En primer lugar seguimos encontrando la ya clásica Liga Master en donde nos enfundaremos el chandal (ahora más bien traje y chaleco) de entrenador y donde tendremos que comenzar desde abajo para llevar a nuestro equipo a la gloria. Este año se ha simplificado mucho el desarrollo de esta, siendo mucho más fácil e intuitiva la dirección y gestión del equipo. Podremos traspasar e intercambiar a nuestros jugadores, recibir ofertas de nuevos clubs para dirigirlos la próxima temporada e incluso entrenar combinados nacionales si así lo deseamos. Como de costumbre tendremos disponibles a todos los equipos y selecciones que existan en el juego además de poder escoger si comenzar con la plantilla por defecto de estos o con jugadores creados para este modo.
Otro de los modos de esta sección es My Club, heredero de la antigua Liga Master Online. Este llega con importantes cambios y con grandes similitudes al modo Ultimate Team de Fifa 15. Al igual que en el juego de EA podremos disputar partidos entre humanos o contra la máquina para ascender de división o en diversos rankings y poder fichar nuevos y mejores jugadores, bien a través de un novedoso sistema de representantes, o por intercambio directo con otros jugadores. Además contamos con el modo entrenador en el que daremos órdenes directas a nuestros jugadores pero no los controlaremos con nuestro mando.
El último de los apartados de Football Life es Ser una Leyenda en el que nos pondremos en la piel de nuestro avatar para llegar a ser uno de los grandes cracks mundiales de este deporte. Este no ofrece grandes variaciones ni novedades y seguimos notando el tedio y la desesperación habituales de estos modos debido a la inoperancia de la IA.
Es el momento de hablar del que para muchos es el apartado indispensable de los juegos de fútbol: el juego online. Nuestra experiencia ha sido totalmente satisfactoria en partidos en linea sin notar ningún tipo de lag con conexiones de 20 MB. El problema ha surgido llegado el momento de probar uno de nuestros modos «fetiche»: Ser una Leyenda manejando al portero. Una vez más cuando nos ponemos en la piel del guardameta seguimos percibiendo un retardado de al menos unas décimas de segundo que hacen que nos tiremos a destiempo y recibamos goles sin tener culpa. Hay que señalar que en cualquier otra posición el retardo es mínimo y apenas afecta a la jugabilidad, sin embargo el defender la portería puede llegar a ser terriblemente frustrante y casi imposible.
Por otro lado, por fin se ha incluido la evolución de los jugadores en función de la actuación en sus ligas. Esto como ya sabéis ya estaba disponible en Fifa desde hace varios años, sin embargo era una petición de los usuarios y hasta este último título, sorprendentemente, Konami había hecho oídos sordos.
Las licencias siguen siendo la asignatura pendiente de Pro Evolution Soccer, si bien parece que van mejorando, todavía hay muchos equipos que carecen de ellas, sobre todo en la liga inglesa, donde únicamente el Manchester United tiene escudo y equipación reales. Como mencionábamos antes, sí que se ha hecho un esfuerzo, sobre todo de cara al público sudamericano, gracias a la llegada de la liga argentina y brasileña además de la inclusión de la copa sudamericana.
Otro de los aspectos donde destacan las licencias es en los estadios, que si bien no hay muchos, los que hay están muy bien diseñados. Además muchos de los cánticos de los equipos están fielmente recreados, algo que aporta una gran sensación de inmersión en los partidos.
Bienvenido a la Next-Gen
Al comenzar este análisis hablábamos de que esta era la primera incursión de la saga en la Next-Gen. El motor Fox Engine de Konami llegaba con mucha solera, pero en PES 2014 quedó confirmado que todavía no era su momento. Ahora con esta última edición han mostrado que ya están preparados y la transición a las nuevas consolas ha sido tremendamente satisfactoria, aprovechando muy bien su nuevo motor y colocándose a la altura de las expectativas.
Como decíamos, PES 2015 utiliza el Fox Engine, el mismo que títulos como el nuevo Metal Gear Solid. Técnicamente rinde muy bien, las animaciones son muy fluidas, los movimientos muy precisos y no detectamos ralentizaciones en ningún momento del partido. Eso sí, hemos notado como en ciertos balones aéreos el juego va a cámara lenta, no con tirones, sino que los jugadores se quedan suspendidos en el aire una eternidad.
Gráficamente nos ha encantado en todos los aspectos. Los jugadores están muy bien recreados (evidentemente un gran número de ellos recurren a los rostros genéricos) llegando a alcanzar facciones idénticas a las de los futbolistas que representan. El trabajo en este aspecto es magnífico y a día de hoy el mejor que hemos visto en un juego de fútbol. Por otro lado, los estadios también están muy bien logrados. Tanto el césped y la estructura como la afición reflejan correctamente las peculiaridades de cada uno. Si podemos tener alguna queja en este apartado, es la escasez de animaciones de los jugadores, que quizás a tales alturas se pueda quedar algo corta. Un ejemplo claro es la animación inicial de un saque en largo del portero que es idéntica a la de dar un pase al jugador que tenemos al lado.
Respecto al apartado sonoro, aquí nos dan una de cal y una de arena. En primer lugar nos ha encantado su banda sonora. Esta mezcla temas muy conocidos, como Wake Me Up de Avicci o Demons de Imagine Dragons, con otros del panorama indie emergente. Hemos de reconocer que en algún momento nos hemos detenido en los menús a escuchar tranquilamente alguna de las canciones del título.
Por otro lado, la ambientación dentro de los partidos es magnífica, los cánticos son totalmente fieles a los de sus aficiones, como ya mencionábamos antes, algo que mejora mucho la inmersión en cada partido. El sonido del balón, de los golpes e incluso las quejas de los jugadores están muy bien hechas y nos hacen sentir que estamos jugando un partido muy real. Otro tema son los comentarios, tan insulsos y repetitivos como siempre. Realmente a veces dan ganas hasta de silenciarlos, ya no solo por lo dicho, sino por lo mucho que se nota que están metidos con calzador.
Pro Evolution Soccer ha resurgido de sus cenizas tras años de estar a la sombra de su máximo rival. La nueva generación ha supuesto un punto de inflexión en Konami y ahora demuestran que no estaban muertos sino que estaban de parranda. El buen hacer ha vuelto a las oficinas japonesas de las que ha salido un título que convierte el fútbol virtual en una experiencia muy real. El ritmo de juego, el realismo de los movimientos, y unos gráficos y ambientación magníficos son los pilares sobre los que se asienta el último título de la saga, el cual solo se ve lastrado por una interfaz muy mejorable, lo insulso de sus comentarios y un arbitraje que nos desesperará en muchos momentos.
Pro Evolution Soccer 15 es una opción a tener muy en cuenta, a pesar de la lógica reticencia que se ha generado por culpa de tantos títulos mediocres. Este 2015 podemos decir que Konami ha sacado pecho y que su simulador no tiene nada que envidiar a Fifa 15, por lo que esperamos que a partir de aquí, volvamos a ver una batalla entre titanes en busca de su trono.
Lo mejor:
- El ritmo de los partidos.
- El juego manual.
- El apartado gráfico.
- El sonido y la ambientación de los estadios.
- Un modo online muy bien optimizado (casi siempre).
Lo peor:
- Los árbitros.
- La interfaz de estrategia y del juego online.
- Los comentarios.
- El lag cuando manejamos al portero Online.
- Una vez más, la escasez de licencias.