¿Quién no ha visto las condiciones laborales de empresas de desarrollo o creación de videojuegos y ha sentido envidia? Estamos ante el gran Boom del mundo digital y ahora las profesiones de moda son Community Manager, Desarrollador de videojuegos o profesional del “Social Media”. Sin duda el octavo arte ha dejado de ser un simple entretenimiento y es un motor económico del que se puede sacar tajada.
Desde hace años países como EEUU donde la fundación Code.org ya ha conseguido que uno de cada diez centros del país cuenten con clases de programación son muestra de ello. En Reino Unido su Ministro de Educación ya se ha puesto en contacto con la industria tecnológica para dotar de nuevos contenidos las clases de informática de los colegios. Finlandia e Israel acaban de incorporar clases de programación en sus currículos escolares. Hay que recordar que estos países cuentan, según PISA, con los mejores sistemas educativos del planeta, en el caso de Finlandia hablamos de la mejor educación mundial según este estudio y además es completamente pública. Podemos ver el programa “Cuestión de educación” de Salvados realizado sobre el tema.
En España por desgracia estamos lejos de alcanzar estos modelos, aunque contamos con algunos colegios concertados como el Colegio San José de Madrid que pretende entablar las primeras bases al respecto con iDÉAME KIDS. Recordemos que IDÉAME es un encuentro de Jóvenes desarrolladores auspiciado por la Universidad de Madrid en colaboración con Nintendo que tendrá lugar el 13 y 14 de abril siendo esta su quinta edición.
El responsable de iDÉAME KIDS es Raúl Martinez López, profesor en el Colegio San José y en unas recientes declaraciones en la presentación del evento ha asegurado que:
“Tener a expertos en desarrollo de videojuegos no solo es un lujo para el colegio, sino una oportunidad única para los alumnos”. Además añadió: “Cada vez más, y cada vez desde más pequeños, los niños tienen el lenguaje digital inscrito en la sangre. Si los docentes no somos capaces de ver esta realidad y de aprovecharla, les estamos eliminando oportunidades laborales cuando sean mayores”.
Los dos encargados de ilustrar a estos afortunados alumnos son José Manuel Iñiguez y Arturo Monedero. El valenciano Iñiguez es director de Akaoni Studios que con su juego Zombie Panic in Wonderland para Wii consiguió ser número uno en ventas digitales en Japón. Por su parte la empresa de Bilbao, Delirium Studios, que se encuentra en pleno desarrollo de Los delirios de Von Sottendorf para Nintendo 3DS, también pondrá a su director Arturo Monedero al servicio de la enseñanza de estos jóvenes.
José Manuel Iñiguez: “España es uno de los países que más consume videojuegos, sin embargo, nadie nos ha dicho nunca que además de jugar, nosotros también podemos crearlos”. “Es increíble como los niños de primero de primaria tienen todos los pactos de lectura asumidos. No hace falta explicarles que hace falta un objetivo para motivar al usuario, ni una mecánica de juego sencilla. Sin apenas tener conocimiento de informática, los niños son capaces de crear un guion, una estructura y un argumento. Y casi siempre tienen ideas mucho más locas y creativas que los mayores”.
Arturo Monedero: “Ojalá me hubieran enseñado a mí las bases del desarrollo de videojuegos con su edad. Un niño recibe con un videojuego aproximadamente un estímulo positivo cada 10 segundos; en la escuela, uno a la semana. Es evidente que aprender jugando es el futuro y qué mejor manera que enseñando a los pequeños a entender los videojuegos”.
Sin duda noticias como esta hacen que pensemos en la posibilidad real de tener en un futuro no muy lejano un sistema educativo actualizado en el siglo XXI. Esperemos que esto no quede solo a disposición de los alumnos de colegios concertados y privados y que la educación pública española en particular y el gobierno en general apuesten por convertir a España en un país integrado en el mercado mundial. Dejar de competir con países como Marruecos o Rumanía por ser exportadores de frutas y verduras y apostar por una realidad contemporánea que en gran medida pasa por cambiar el chip y querer competir con países que están en este mercado como Irlanda y Alemania por poner ejemplos europeos.