Normalmente a la hora de jugar en PC elegimos un buen teclado y ratón (o este) o un pad, dependiendo del tipo de juego y de nuestros gustos. Pero, ¿y si juntamos ambas formas? Pues sale esto. El Razer Tartarus no es ni pad ni teclado ¿será un buen invento?.
Como sea, el aparato en sí llama bastante la atención y, al principio, no sabremos por dónde cogerlo. Poco a poco nos iremos adaptando a éste y familiarizándonos con la forma de usarlo pero, como siempre, vamos por partes. Antes de empezar a hablar del periférico si quieres ver las características de éste puedes visitar la web del fabricante.
Presentación
Una caja de cartón con los colores de Razer protege a la vez que presenta a nuestro Razer Tartarus. En la parte delantera podemos ver una foto y las tres características principales. Por detrás, como siempre, tenemos las características del producto de una forma más detallada. También podemos abrir la caja para contemplar el producto antes de sacarlo de ésta.
Una vez abierta sacamos el periférico y un pequeño manual de instrucciones (que, seamos sinceros, nunca nadie lee). Al tener el pad en nuestras manos podemos apreciar su tamaño, quizás demasiado grande, aunque teniendo en cuenta que dispone de tres filas con cinco teclas en la parte superior de éste es entendible. Al fin y al cabo es un teclado con menos teclas y de dimensiones reducidas.
Al enchufarlo al ordenador mediante el USB el teclado se iluminará de verde, como con todos (o casi todos) los periféricos Razer esta iluminación es regulable gracias al Razer Synapse 2.0.
El pad
A pesar de lo que, por su forma ergonómica pueda parecer, al principio nos costará bastante acostumbrarnos al uso del Tartarus. Como he dicho más arriba, el pad en sí no deja de ser un teclado más pequeño. Eso es lo que es y eso es lo que, sin configurar, es.
Una vez conectado con Razer Synapse podemos configurar las teclas y programarlas como queramos para que se adapte a nuestro juego y forma de jugar.
La posición del stick está pensada para que éste esté a la altura del dedo gordo de la mano, como he dicho un párrafo atrás nos costará acostumbrarnos al periférico pero al stick más aún. Aunque el Razer Tartarus es regulable, algo que sin duda nos ayudará bastante.
Cabe destacar que las teclas con las que cuenta son de membrana, aunque responderán con una rapidez y precisión insuperables.
Conclusión
Si queremos jugar de una forma distinta éste es nuestro periférico. Todo lo que hace falta de un teclado para nuestros juegos está en él y una vez acostumbrados notaremos la diferencia y su comodidad.
Al ver el periférico nos esperamos más, aunque al probarlo con tranquilidad nos damos cuenta de que es un teclado pequeño. Poco más hay que decir de lo que nació para ser teclado y acabó siendo un Razer Tartarus.
[Vía Razer]