Volvemos a contar con un producto de Razer y volvemos a repetir con el ámbito de componentes, algo que “descubrimos” con el controlador RGB de la marca y que vamos a ampliar metiéndonos de lleno en su familia de chasis, y lo hacemos comenzando con el mayor de ellos: el Razer Tomahawk ATX. Y es que es la primera vez que Razer se lanza de lleno al mercado de los chasis, aunque no es la primera vez que coquetean con este sector del mercado ya que hemos visto chasis realizados por otros fabricantes, como NZXT y esa magnífica S340 Elite Special Edition by Razer o la última Lian Li que contaba con el sello de la triple serpiente. Tras estos “tanteos” del mercado Razer ha decidido zambullirse de lleno y lo hace con dos chasis, un Mini-ITX y un ATX, bajo la denominación Tomahawk. En el caso que nos atañe hoy, es un chasis en formato semitorre con una estética clásica, que bien podría recordar al de la colaboración con NZXT, iluminación underglow y un sistema de doble panel de vidrio templado. Pero no vamos a avanzar mucho más y nos reservamos para la review.
Antes de comenzar, agradecemos a Razer el préstamo de esta preciosidad para la realización de la review.
Videoreview
Obviamente un producto tan especial debía figurar en la lista de reproducción de hardware de nuestro cada vez más abultado canal de YouTube, así que si preferís disfrutar de forma amena de las bondades del Razer Tomahawk os invitamos a que lo veáis en vídeo. Esperamos que os guste
El Razer Tomahawk ATX
Comenzamos la review del Razer Tomahawk ATX propiamente dicha, y lo hacemos con sus especificaciones técnicas. El chasis, con formato semitorre, cuentacon unas dimensiones de 494.6 x 235.4 x 475 mm y un peso de 13.5 Kgs. Este peso relativamente elevado para sus dimensiones se justifica con una robusta estructura en acero SPCC de 0.8 mm de grosor y un doble panel de vidrio templado. En lo referente al hardware compatible, podremos instalar placas base E-ATX, ATX, Micro-ATX y Mini-ITX, fuentes de alimentación ATX de hasta 210 mm e instalar coolers de CPU de hasta 176mm o gráficas de hasta 384 mm de longitud.
Si pasamos a ver físicamente el chasis, comenzamos con un frontal totalmente liso en un negro metalizado precioso sobre el que destaca el logotipo de la triple serpiente de Razer retroiluminado en el verde corporativo de la marca. Pese a que el frontal es completamente liso cuenta con dos rejillas de ventilación lateral, y su respectivo filtro tras ellas, que otorgan un airflow más que notable al chasis, favoreciendo la entrada de aire fresco desde el frontal del equipo para ofrecer una refrigeración óptima para nuestros componentes de alto rendimiento. Tras desmontar el panel frontal accedemos a la bandeja de instalación de los elementos de refrigeración del frontal, encontrando soporte para 3 ventiladores de 120/140 mm o un radiador de hasta 360 mm de longitud.
El panel superior cuenta con un filtro antipolvo imantado que, al ser levantado, deja a la vista la montura del sistema de refrigeración superior donde, al igual que en el frontal, podremos instalar 3 ventiladores de 120/140 mm o un radiador de hasta 360 mm de longitud y, nuevamente al igual que en el frontal, no encontramos ningún ventilador preinstalado. Además, en la zona delantera encontramos el panel de conectores compuesto por 2 USBs 3.0, dos jacks de audio y un USB Type C junto con los correspondientes botones de encendido y reset.
Si pasamos al lateral izquierdo encontramos un panel de vidrio templado con un ligero tinte en color negro y marco opaco que cuenta con un sistema de bisagras para apertura lateral y cierre imantado, pudiendo retirar el panel completamente con tan solo tirar hacia arriba de él tras abatirlo. Una vez abierto vemos completamente despejado la bandeja para la instalación de la placa base junto con la cubierta que tapa el habitáculo de la fuente de alimentación. Sobre esta cubierta podremos instalar hasta dos ventiladores de 120 mm para mejorar la refrigeración de nuestra gráfica y el airflow ascendente del chasis en general. Algo que nos ha sorprendido gratamente es que la zona frontal de la cubierta de la fuente de alimentación cuenta con un sistema de cierre imantado, por lo que podremos abatirla para extraer fácilmente las unidades de almacenamiento instaladas en las bahías de almacenamiento ubicadas ahí (una jaula con tres bandejas para instalar tres unidades de 3.5 o 2.5” evitando tener que acceder al panel trasero para realizar esta tarea.
Pasamos a la trasera del chasis, donde encontramos las 7 bahías de expansión PCI-e y la ubicación para un ventilador de 120 mm, incluyendo el único ventilador preinstalado del chasis. La verdad es que este es, bajo nuestro punto de vista, el aspecto más descuidado del Razer Tomahawk ATX y es que no solo incluye solo un ventilador, que se nos hace escaso en un chasis de este precio, sino que además no es PWM ni cuenta con retroiluminación RGB así que minipunto negativo para Razer.
El panel lateral derecho, al igual que el izquierdo, cuenta con su respectivo panel de vidrio templado y el mismo sistema de apertura que el “principal”. Para evitar dejar a la vista todo el cableado del equipo y “tapar las vergüenzas” del montaje encontramos dos cubiertas atornilladas que esconderán las guías y puntos de anclaje del cableado dejando a la vista las dos bahías para unidades de 2.5”. Una vez retiradas las carcasas encontramos un sinfín de puntos de anclaje para el cableado y varias bridas de velcro preinstaladas, contando con espacio más que suficiente para una correcta gestión de cableado y un montaje sumamente limpio, y, además, con bastante amplitud en el habitáculo de la fuente de alimentación para albergar todo el cableado sobrante.
Y por último, llegamos a la zona inferior del chasis. Normalmente en este apartado nos limitamos a las omnipresentes patas de goma y, si cabe, el filtro antipolvo de la fuente de alimentación pero estamos hablando de Razer y, por ende, de su ecosistema Razer Chroma. Y es que si los fabricantes que hacen colaboraciones con Razer incluyen iluminación underglow con Razer Chorma en sus chasis, el Razer Tomahawk ATX no podía ser una excepción y es, sin lugar a dudas, todo un acierto estético que hace las delicias de los fans de la marca junto con el logotipo retroiluminado en verde en el frontal.
Conclusiones
La verdad es que la toma de contacto con los chasis de Razer ha sido bastante satisfactoria, el Razer Tomahawk ATX es un chasis en formato semitorre que rezuma estilo en cada rincón, con una estética sublime que encaja a la perfección con todos los periféricos y accesorios de la marca y una construcción robusta acompañada de materiales de primerísima calidad. En los aspectos que más gratamente nos han sorprendido destacamos una gestión de cableado excepcional, la accesibilidad de la carcasa de la fuente de alimentación y las múltiples opciones de refrigeración aunque, sin lugar a dudas, la guindas del pastel es la iluminación underglow. El punto negativo es la inclusión de un único ventilador y, además, sin iluminación RGB aunque siendo honestos rara vez conservamos los ventiladores del chasis y solemos montar de una tacada todos los ventiladores de un mismo fabricante para obtener una iluminación y refrigeración más homogénea, así que se lo perdonamos. Como resumen, el Razer Tomahawk ATX es un chasis con materiales de primerísima calidad en el que es muy fácil conseguir una gestión de cableado excelente y, por tanto, una estética de 10 consiguiendo, además, un buen rendimiento térmico y acústico para nuestro equipo de alto rendimiento y el refuerzo estético de la retroiluminación Razer Chroma RGB. Esperamos ver pronto una versión Mercury y Quartz del chasis y, por qué no, con panel frontal mesh.
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Por todo esto, otorgamos los galardones de diseño, producto Premium, producto recomendado y calidad precio de Game It al Razer Tomahawk ATX