Sin duda alguna, los chicos de Deep Silver han querido mostrar su apoyo a Nintendo, trayendo a su consola híbrida una de sus sagas más queridas y extravagantes, y en concreto su último título: Saints Row IV Re Elected. Hablamos, como no, de ese sandbox que nos adentra en un enorme y alocado mundo abierto.
Ya pudimos gozar en su día de su tercera parte, pues bien, ahora, y gracias a Koch Media, nos llega la cuarta entrega de la franquicia, que tras su paso por el resto de plataformas, finalmente desembarca en Nintendo Switch para que la podamos llevar allá donde queramos.
Una simulación de otro mundo
Antes de nada, debemos aclarar, que se trata del mismo juego lanzado allá por 2013 en otras plataformas, por lo que, si ya lo habéis jugado en otras plataformas, no os llevaréis sorpresas respecto a la historia o al contenido.
El argumento principal nos lleva a los Estados Unidos de América, lugar gobernado por los Saints, y más concretamente por nosotros, su líder. Nada más iniciar el juego, en su primera misión, se nos cuenta como, tras acabar con un grupo terrorista y evitar una catástrofe nuclear mundial, conseguimos gobernar a la gran potencia estadounidense.
Sin embargo, esto es solo el comienzo, ya que a partir de aquí comienza nuestra odisea a lo largo de una absurda simulación virtual para acabar con un malvado imperio alienígena que ha llegado a la Tierra para acabar con la humanidad tal y como la conocemos.
A partir de ahí nos veremos inmiscuidos en una serie de misiones con muchos altibajos, y en general menos inspiradas que en entregas anteriores. Entendemos que la naturaleza del título es la que es, pero aún así creemos que se podía sacar más jugo de la historia y de esa combinación tan extravagante.
Eliminando barreras
El concepto de jugar en esta simulación afecta directamente a todo el juego, aunque principalmente en como el usuario afronta el cómo desplazarse por el gran mundo abierto que ofrece este Saints Row IV: Re-elected.
Nuestro protagonista tendrá acceso a una serie de superpoderes a lo largo de todo el título. Estos nos permitirán acciones tales como movernos a toda velocidad y dar saltos gigantescos, algo que, como decíamos, afecta a como nos movemos por la ciudad.
La exploración se ha hecho mucho más vertical, en detrimento del uso de vehículos. Para simplificar, hemos pasado de un juego con un corte más GTA a un juego más del corte Crackdown. Evidentemente podemos optar por jugarlo como en entregas anteriores, pero la tendencia va a ser aprovecharnos de todos esos potenciadores con los que va a contar nuestro personaje.
Esto lo convierte en un juego entretenido, muy aprovechable, sobre todo, si lo jugamos de forma cooperativa. El problema, es que estamos en 2020, y los juegos de mundo abierto se han expandido y mejorado de una manera increíble.
Esto provoca que el título, a pesar de ser divertido, haya envejecido bastante mal. Estamos ante una experiencia limitada, y que, como mencionábamos antes, no se ve nada ayudada por un guion flojillo y que no incentiva del todo a prestar demasiada atención a lo que pasa en la historia.
Respecto a los controles, sin ser malos ni mucho menos, sí que se podían haber pulido un poco más para hacer una experiencia mucho más satisfactoria. No hablamos de algo injugable, ni mucho menos, pero sí que están lejos de ser tan fluidos y magníficos como deberían de ser en una reedición tantos años después.
La portabilidad rejuvenecedora
Si por algo destaca Nintendo Switch es por devolver al mercado juegos con unos cuantos años a sus espaldas. El concepto de poder llevarlo con una buena calidad allá donde vayamos, resulta incentivo suficiente para sacar a sagas del ostracismo más absoluto.
Este es sin duda el caso que nos atañe hoy, y es que este Saints Row IV: re-elected, así como su versión original, sin ser malos juegos, pasaron sin mucha pena ni gloria en un mercado repleto de alternativas. Sin embargo, el hecho de llegar a una consola portátil nos pone la miel en los labios, y es que, si hablamos de sandbox en este formato, igual nos quedamos ya muy limitados.
Por esto, a pesar de las limitaciones de este modo portátil, estamos ante un título competente que, si bien no destaca en nada, y a nivel gráfico y técnico flojea, el poder jugarlo donde queramos y cuando queramos, le perdona todas esas carencias, dándole ese plus de disfrutabilidad que no tienen sus entregas de sobremesa.
Si nos vamos al modo Dock, aquí el juego funciona muy bien, soporta perfectamente el mundo abierto sin caídas de FPS y sin popping, como sí pasa en el modo portátil. Sin embargo, no deja de ser una versión similar a las que podemos encontrar en el resto de consolas, por lo que jugado en la TV pierde gran parte de su atractivo.
Por último, respecto al sonido, aquí sí que se mantiene la experiencia totalmente intacta. Si en su momento destacó por una gran BSO, esta sigue siendo igual de buena y fresca que en su día. Sin duda uno de los puntos fuertes de la saga, y en concreto de esta cuarta entrega.
Conclusiones Saints Row IV: Re -Elected
El título de Deep Silver llega a Nintendo Switch para aprovechar de esa ventaja competitiva que ofrece la híbrida de la gran N. Esta jugada les ha salido bien, y es que todo lo que toca Switch, si no lo convierte en oro, al menos logra que esté en la palestra unas cuantas semanas, a pesar de que hablemos de un juego con más de siete años a sus espaldas, como es el caso.
Ahora bien, echamos mucho en falta que se haya cuidado el título, y que más allá de aprovechar el tirón, se nos hubiera ofrecido una experiencia renovada, trabajada, y que al menos gráficamente mantuviera los estándares mínimos de 2020.
En definitiva, se trata de un juego divertido, loco y muy pero que muy aprovechable, bien si no lo has jugado, a pesar de que haya alternativas mejores, o si lo que quieres es llevártelo en modo portátil allá donde vayas, y es que en ese caso está sin duda el pódium del género, mereciendo darle una oportunidad a pesar de sus evidentes limitaciones.
Nota: 7
Lo mejor
- Divertido, como toda la franquicia.
- La portabilidad rejuvenece la propuesta.
Lo peor
- Gráficamente se queda muy corto.
- La jugabilidad se queda algo anticuada y existen propuestas mucho mejores en el género.