Los juegos de mundo abierto están de moda. Prácticamente cada mes recibimos un nuevo título en el mercado, algunos más inspirados que otros, y parece un hecho innegable que este tipo de juegos atraen a la mayoría del público hoy en día. Seven: The Days Long Gone es un juego que actúa bajo esta premisa y que además añade mecánicas tan familiares como el sigilo o el parkour, pero para ello se asienta en su propia idea y característica principal: la perspectica isométrica.
Una tierra gobernada por un dictador de hierro
Seven: The Days Long Gone es obra de Fool´s Theory, un pequeño estudio formado por antiguos integrantes del equipo desarrollador de The Witcher y Kholat, y podemos disfrutarlo gracias a la distribución de Avance Discos. Se trata de una aventura de mundo abierto para un solo jugador, muy centrada en el sigilo y con ciertos toques de RPG.
La historia transcurre en un mundo post-apocalíptico donde la humanidad prácticamente había desaparecido tras una gran guerra que enfrentó a los Ancestros contra los Demonios. Tras esta enorme refriega, y con los humanos al borde de la extinción, desde las cenizas de la civilización surgió un héroe que cambiaría el destino nuestra raza, un hombre llamado Drugun. Este hombre recuperó la esperanza uniendo a todas las tribus humanas y alzándose nuevamente contra los Demonios, todo ello con la ayuda de un poder arcano heredado de los Ancestros. En el mundo actual, Drugun es el Emperador que gobierna con mano de hierro a los humanos, formando una especie de culto al poder basándose en una mezcla de teocracia y tecnocracia.
Nuestro papel en todo este asunto nos lleva a meternos en la piel de Teriel, un maestro ladrón, que tras una misión de inesperado desenlace se ve aprisionado en la isla de Peh y ligado a un demonio ancestral llamado Artanak, el cual le ayudará a salir de ese lugar.
Si bien es necesario comentar que el desarrollo de la historia no es demasiado interesante debido a que la forma de contarla es demasiado pausada (se detiene el juego y tendremos que leer textos en español con voces en inglés) , la ambientación del juego está muy bien conseguida. Este mundo post-apocalíptico guarda cierta relación con el Medievo, algo que sumado a su evidente aspecto Steampunk, otorga al título un apartado visual bastante llamativo.
Muerte desde las sombras
Seven: The Days Long Gone es un juego de mundo abierto en el que encontraremos un desarrollo bastante propio de aventuras más lineales. Aunque podremos movernos libremente por el escenario y existen bastantes labores secundarias por hacer, estas están desvinculadas casi en su totalidad de la historia principal y su utilidad reside en encontrar mejoras para nuestro personaje y desbloquear fragmentos del pasado. Estas misiones no ofrecen ni de lejos una narrativa parecida a lo que el estudio consiguió en The Witcher, y se basan en hacer búsquedas accesorias que rápidamente se pueden hacer repetitivas, por lo que llegados a cierto punto empezaremos a barajar si es realmente necesario hacerlas.
La experiencia que nos brinda el juego es parecida (guardando las evidentes distancias) con Dishonored, ya que la campaña nos marcará una serie de objetivos que deberemos cumplir para seguir avanzando en la historia e ir descubriendo el mapa. El desarrollo de la campaña es divertido, pero la historia parece desinflarse poco a poco y, pese a empezar con fuerza, irá cobrando cada vez menos interés debido a su narrativa pausada y lo predecible que puede llegar a ser en ocasiones.
En cuanto a jugabilidad estamos ante un título que sorprende por lo efectivo que es llevando un mapa abierto, acción y sigilo de manera fluida a este tipo de cámara. El movimiento de Teriel es sin duda lo mejor, recordándonos bastante al de la saga Assasins Creed, permitiéndonos correr y saltar ágilmente para escalar por cualquier plataforma o saliente que encontremos. Las habilidades de ladrón de Teriel nos permitirán robar a nuestros enemigos cuando no estén atentos, pero también nos invitará a “lootear” cualquier caja o baúl que nos topemos para buscar materiales, gadgets, equipo o munición.
El componente RPG que contiene el juego es agradable pero no demasiado profundo. Aunque recogeremos varias equipaciones, objetos, etc… lo cierto es que la gestión de equipo no será tan continua como juegos más dedicados a ello como puede ser Diablo, pero aún así mejorar nuestro equipo y subir de nivel será útil (aunque tampoco estrictamente necesario) para avanzar en la aventura. El sistema de mejora del personaje se basa por completo en la exploración, teniendo que encontrar chips de habilidades que estarán escondidos por el mapa, y el preciado “Néctar”, que funcionará como puntos de habilidad que podremos distribuir a nuestro gusto. El problema de este sistema de mejora es el peso tan brutal que tiene la infiltración en el juego. Controlar a Teriel correctamente y utilizar bien sus habilidades de infiltración pormenorizan el uso del combate cuerpo a cuerpo, hecho que implica que nuestra equipación y sus números pierdan importancia. Meternos en lugares considerados privados se considerará allanamiento, es decir, zonas por las que Teriel deberá andar con máximo cuidado para no ser detectado. Si hacemos bien nuestro trabajo y utilizamos los atajos y caminos seguros que el mapa nos proporciona no será necesario utilizar demasiado la fuerza.
El contraste del trabajo que se ha hecho en las mecánicas de sigilo y el uso de la fuerza bruta se hace evidente en el combate. Nos encontramos ante un sistema fácil de asimilar (un botón de golpe y otro para especiales) pero que se ejecuta de una manera un tanto tosca y nada visual. Además hay que tener en cuenta que al igual que en el anteriormente mencionado Dishonored, en Seven: The Days Long Gone enfrentarse a 2 o mas guardias a la vez es prácticamente un suicidio, por lo que muchas veces cuando nos pillen la mejor idea será salir por patas y escondernos en donde buenamente podamos. Utilizar el entorno y aprovechar el diseño de los escenarios es siempre la mejor alternativa, algo que aporta una mayor satisfacción al jugador que busca en el juego ese componente realista de infiltración, pero que puede echar para atrás a los más “directos”.
Mucho color en este universo Steampunk
A nivel visual Seven: The Days Long Gone es un juego más que correcto. Como hemos mencionado su ambientación es bastante llamativa, algo que acompaña un apartado gráfico bastante bien resuelto con una especie de cell-shading que le aporta un aire de cómic que puede recordarnos por momentos a Borderlands. La pega que le podríamos poner en este aspecto es que quizás las animaciones no nos acaban de convencer del todo, dando una sensación un tanto artificial (incluso robótica) en algunos movimientos fácilmente apreciables en el combate. En cuanto a efectos de sonido el juego contiene una biblioteca que aporta credibilidad a la acción, por lo que poco más hay que decir en este aspecto, y la banda sonora de Prybylowicz (compositor de la BSO de The Witcher) nos ha parecido bastante adecuada y con algunos momentos verdaderamente épicos.
El juego funciona perfectamente en su máxima resolución a 60 fps, por lo que en lo referente al rendimiento poco hay que decir. Una cosa que si que nos ha parecido un tanto molesta es que no existen slots de guardado y las partidas guardadas manualmente no parecen poder borrarse de momento. Este problema implica una acumulación ingente de guardados (si somos de los que aseguran su partida continuamente para poder hacer cargados rápidos), así que esperamos que haya solución por parte del estudio en próximos parches.
Conclusiones de Seven: The Days Long Gone
Seven: The Days Long Gone es un juego que llevábamos esperando desde el primer día que pudimos ver el tráiler. Es una propuesta llamativa de por sí para casi cualquier aficionado a los juegos de sigilo, y más cuando sabes que equipo está detrás. Lo cierto es que no está entre los mejores juegos del año, pero si ha resultado ser un gran juego y cumplir muchas de las expectativas que teníamos puestas sobre el. Es un título táctico con un buen diseño visual y de niveles que presenta mecánicas que ya hemos podido ver en otros juegos, pero que las desarrolla desde una perspectiva distinta. Como aventura, mundo abierto y juego de sigilo nos ha parecido muy bueno, pero quizás ha patinado más en el aspecto RPG, su historia y, sobre todo, en el combate cuerpo a cuerpo. Para los amantes del sigilo es una compra muy recomendada, y para los amantes del mundo abierto y la acción, una propuesta fresca y curiosa que puede llegar a sorprenderles.