Shadow Tactics Blades of the Shogun nos pone en la piel de cinco personajes, a cada cual más pintoresco, para hacer frente a una amenaza en pleno Japón de 1615 que quiere desestabilizar al nuevo Shogun, quien mantiene la paz y la tranquilidad. Nuestros cinco héroes anónimos, especialistas en asesinato, sabotaje y espionaje, seguirán sus propias pistas para alcanzar al auténtico traidor Kage-Sama, que planea desde las sombras derrocar a Shogun.
Durante más de 25 horas podremos disfrutar de una ambientación única con perspectiva cenital, isométrica o vista desde arriba, recordándonos al grandioso juego español Commandos. Conforme vamos jugando nos vamos dando cuenta de que Daedalic Entertainment ha sabido aunar todo lo bueno que tenía la saga de la desaparecida Pyro e implementar una serie de mejoras que hacen que el título gane en tensión y creatividad gracias al modo sombra, que nos permite combinar a varios personajes para que realicen un ataque conjunto y coordinado con tan sólo pulsar un botón. Con lo dicho anteriormente, Shadow Tactics: Blades of the Shogun lo encuadramos en estrategia bélica de guerrilla en un entorno bastante más idílico de lo que solíamos encontrar en los juegos del pasado. Pero, sin duda, lo que hace grande a este juego son los pequeños detalles que marcan la diferencia y animan al jugador a continuar sin mirar el reloj. Todo esto para tu PC a través de Steam, Xbox One y PS4 a partir del 6 de diciembre.
Los protagonistas
Como ya os hemos dicho antes serán cinco los personajes que darán vida y forma a esta historia, sin ellos el fin de Shogun está garantizado. Pero, por suerte, en esta ocasión contaremos con las habilidades de un Shinobi, un Samurai, un anciano, una joven y una espía. Casi siempre por grupos, pero nunca los cinco al completo hasta que lleguemos a cierto punto.
El primer personaje que tendremos entre las manos es Hayato, el Shinobi. A lo largo de esta misión y en las próximas, en las que tengamos contacto con nuevas habilidades, estaremos siempre bien informados gracias a los livianos tutoriales, que no dan todas las premisas necesarias para que la misión sea un éxito, sin marcarnos una manera de hacerlo pero sí dándonos muchas posibilidades. Durante todo este nivel observamos la personalidad de Hayato, un hombre solitario cuya motivación dista mucho de ser solidaria pero que cambiará. Hayato es un asesino sigiloso, quién puede matar desde las alturas así como a distancia gracias al shuriken y es capaz de escalar siempre que haya una argolla, como también saltar desde una altura prominente. Es un gran nadador y creador de las más grandes hazañas.
Nuestro siguiente compañero se llama Mugen y es un Samurái. Su camino es el honor y no dudará en hacer lo que haga falta para proteger a Shogun. Fiándose de su instinto, junta a este grupo de individuos ajenos para crear un auténtico equipo capaz de detener a Kage-Sama. Desde el principio las habilidades de Mugen nos marcan su fuerte carácter, es el único que puede acabar con tres enemigos a la vez, derrotar a otros Samuráis sin titubear o cargar con dos cuerpos mientras corre. Al igual que Hayato es un miembro indispensable del grupo, la fuerza bruta con control sirve para mucho.
Conforme avanzamos encontramos a Takuma, un anciano con muy buena vista, que parece que se empeña en ponerse las situaciones más precarias que le conducirán a la muerte. Pero, sin saber cómo, siempre sale airoso para echarnos una mano. Takuma tiene habilidades singulares, su estilo de combate se centra en un francotirador sigiloso, explosivos y un mapache que no para de hacer ruido. Es el único miembro del grupo que nos aporta la posibilidad de llevar armas de fuego.
Yuki es una joven que nos encontramos en una de nuestras misiones con Hayato. Sus habilidades son similares a las que puede tener Shinobi, pero adaptadas al estilo callejero. De esta manera, Yuki es experta en colocar trampas, asesinatos sigiloso o desde las alturas. También es capaz de tocar con su flauta una melodía que atrae los enemigos.
Por último, pero no por ello menos importante tenemos a Aiko. Es experta en el camuflaje y cuyas habilidades se encuadran en las de Yuki y Hayato, con la variante de que puede vestirse de seductora Geisha para atraer a sus enemigos. También puede lanzar un polvo que dejar cegados a sus enemigos durante un instante.
Estos cinco individuos son los protagonistas que harán que disfrutemos de horas y horas de estrategia, colocación y mucho arrepentimiento por no haber guardado antes la partida.
Los toques que marcan la diferencia
El juego huele a saga Commandos por los cuatro costados, pero es indudable que tiene un toque personal que lo hace aún más prometedor de lo que Pyro hizo hace más de 10 años. El primer detalle que marca la diferencia es el contador que siempre habrá en la parte superior de la pantalla, el cual nos mostrará el tiempo que ha transcurrido desde la última vez que hemos guardado. De esta manera, nos olvidaremos del tiempo que llevamos en la partida y nos centraremos en saber si hemos realizado demasiadas acciones sin tomar la precaución de salvar. Esto me parece un acierto total en pro de no desquiciar a un jugador.
Otro de los detalles que ofrece Shadow Tactics Blades of the Shogun es la cantidad de variantes para cumplir nuestra misión, que se consigue gracias a la introducción de una notable cantidad de elementos susceptibles de ser usados o manipulados en beneficio de nuestros guerreros. De este modo, podemos pasar por delante de las filas enemigas sin ser vistos o, por el contrario, coger una piedra gigante y estamparla en la cabeza y parecer un accidente. A esta mala fortuna le podemos añadir unos troncos caídos, una caja mal colocada o un misterioso barril de pólvora que de repente hace ¡Boom!
Como no puede ser de otra forma, podremos seguir la rutina de los guardias, así como poder disfrutar de su cono de visión para saber qué punto son ciegos y cuáles no. Incluso se hace aún más interesante si de por medio metemos tormentas o la propia noche, que hace que las misiones sean inquietantes al depender nuestra seguridad de unos centímetros de luz.
Sin duda alguna, la ambientación es una de las cosas que más llama la atención. La recreación es excelente sin derrochar recursos, pero haciendo mapas interactivos, grandes y justificados en lo que refiere a localización y guardias. Una de las primeras cosas que nos daremos cuenta es que el juego aun siendo cerrado, pide ser rejugado. Cuando terminamos una misión, se nos piden una serie de requisitos que no hemos cumplido por desconocimiento y que tendremos que cumplir para completar el juego al cien por cien, dicho retos son interesantes por no decir extremadamente difíciles en ciertos casos.
Y, hablando de dificultad, dispondremos de tres modos en lo que superar Shadow Tactics: Blades of the Shogun: el modo normal (recomendado para jugadores motivados), el modo principiante (buen inicio para aquellos que no han tocado ni siquiera un Commandos) y el modo experto (sólo es apto para auténticos freaks de la paciencia y el sigilo).
Pero todo lo anterior se queda en un simple detalle cuando hablamos de lo que marca la diferencia en Shadow Tactics: Blades of the Shogun: el modo sombra, el cual nos permite combinar ataques en donde estén implicados varios de nuestros personajes consiguiendo resultados adictivos. Con tan sólo tocar una tecla pondremos al personaje en el modo sombra, en este modo podremos decirle que se quede estático pendiente de ejecutar una acción que le mandemos. De esta manera, podremos hacer lo mismo con los otros personajes hasta sincronizarlos a todos en un ataque conjunto. Si todo sale bien, observaréis una hermosa coreografía que terminará con todos los enemigos en el suelo agonizando. Pero si sale mal, será mejor haber guardado previamente porque como se dé la voz de alarma estaréis perdidos.
Cómo se ve, cómo se siente, cómo se oye
Con respecto a la calidad visual no desmerece para nada dado la clase de título que es, es funcional ya que nos muestra todo el escenario y las posibilidades que tenemos para infiltrarnos o avanzar, el juego nos muestra siempre una buena iluminación con luces y sombras bien definidas, teniendo especial relevancia los escenarios nocturnos con los que se disfruta mucho, gracias a las posibilidades que ofrece este juego de luces y sombras que anteriormente hemos dicho. Los escenarios están hechos para interactuar, por eso seremos los mejores amigos del seto, de la vaca o de cualquier elemento que pueda escondernos o distraer al enemigo. En las diferentes misiones encontraremos toda clase de escenarios como castillos en los que formaremos parte de la invasión o campamentos perdidos en medio del bosque que estarán más vigilados que el propio castillo, todo envuelto en un ambiente que nos invita a seguir jugando y a buscar nuevas variantes en cada una de nuestras acciones.
En lo referente a la música, nos acompaña a lo largo de todo el juego siendo un elemento fundamental tanto a nivel narrativo como simplemente sonoro, las voces las podremos escuchar en japonés o en inglés, esto adquiere importancia en el momento en el que los personajes empiezan a entablar una amistad y en consecuencia empezamos a ver cómo son de verdad. Es todo un acierto que el juego esté totalmente subtitulado al castellano ya que no hay excusa para evitar echarle mano a Shadow Tactics Blades of the Shogun y al que a partir de ahora podremos denominar como merecedor de ser heredero de una de las mejores sagas de estrategia de todos los tiempos y estamos seguros de que formará su propia saga.
Conclusiones Shadow Tactics Blades of the Shogun
Sencillamente el juego es una maravilla desde el principio hasta el final y no creo que si la capa de ponerle ninguna pega a lo que han mostrado, quizás y por rozar la perfección la inclusión de un modo multijugador cooperativo y haría ganar muchísimos enteros a este título. Si a esto le sumamos un ligero sistema de subida de niveles u habilidades ya podría ser la repanocha, o quizás le rogamos y se sentía que lo hace tan grande por lo que por mi parte bien queda lo que bien está.