En los últimos años, Bandai Namco está apostando muy fuerte por la lucha. Lanzamientos como Tekken 7 o Dragon Ball FighterZ han estado entre los lanzamientos más destacados de la compañía en diferentes periodos. Y, tras la llegada de estas dos franquicia clásicas, la compañía japonesa le ha dado el turno a otra importante saga del genero, SoulCalibur. Tras más de seis años en el limbo, esta regresa con el lanzamiento de SoulCalibur VI. Aprovechando que se cumplen dos décadas del lanzamiento de su primera entrega, la compañía volverá a traernos toda la acción de la franquicia con novedades.
A espadazo limpio
SoulCalibur VI regresa manteniendo el estilo de la saga, un juego de lucha en tres dimensiones, donde tendremos libertad para movernos en cualquier dirección. Como en todo juego de lucha que se precie, cada luchador contará con una variedad de golpes (de diferentes potencias y direcciones), técnicas y habilidades especiales. Pero, cabe recordad la principal característica de la saga, y es que los personajes se batirán en intensas batallas dotado con algún tipo de arma.
Las batallas se desarrollan a un ritmo bastante alto, ofreciendo batallas donde despistarnos un segundo puede salir caro. A pesar de la velocidad de la lucha, el título no deja de ser técnico, obligándonos a estar atentos a los movimientos del rival para elegir el mejor momento para atacar.
SoulCalibur VI incorpora una nueva mecánica en su combate, el Reversal Edge. Con un solo botón, este ataque comenzará una secuencia donde ambos luchadores tendrán un enfrentamiento que nos obligará a hacer un movimiento. El ganador de esta secuencia depende en parte de la suerte, ya que cada ataque tendrá una serie de ventajas o desventajas sobre otros y no sabremos que ocurrirá hasta el final. Si bien, esta nueva mecánica puede facilitar el trabajo a los jugadores más noveles, ya que podremos contraatacar cualquier habilidad con pulsar un botón, también elimina capas de profundidad en la jugabilidad para los expertos en la materia.
Pero aquí no terminan las novedades jugables, SoulCalibur VI también incorpora dos nuevas habilidades especiales: el Soul Charge y el Critical Edge. Para utilizar estos dos tipos de habilidades tendremos que conseguir una barra de energía, que se irá rellenando a medida que se desarrolla el combate. El primero de estos, el Soul Charge, es un power up que aumentará nuestro daño y nos permitirá realizar habilidades especiales durante un breve periodo de tiempo. Mientras que el Critical Edge es una Ultimate clásica, una habilidad especial que provoca un intenso daño al rival. Esta habilidad está algo rota, debido a la excesiva facilidad a la hora de impactar de manera acertada en el rival.
El juego incluye un plantel de hasta 21 personajes donde podremos encontrar viejos conocidos de la saga como Sophitia, Mitsurugi o Voldo. A pesar de que puedan parecer pocos (nunca ha destacado la saga por planteles muy amplios), cada uno de los luchadores tiene un estilo bastante diferenciado, proporcionando una gran variedad. Además, el que cada uno de estos personajes use un arma distinta, con su alcance, velocidad y daño propio, otorga cierta complejidad a la jugabilidad, ya que tendremos que lidiar con las distancias y el tempo diferente contra cada personaje.
Soulcalibur siempre se ha caracterizado por incluir grandes luchadores invitados. Personajes como Link, Darth Vader o Ezio Auditore se han unido a la lucha en diferentes entregas de la saga. Esta sexta entrega no podía ser menos y contará con la participación de Geralt de Rivia, el protagonista de The Witcher. El personaje se adapta a la perfección al juego, sin modificar lo que habría sido el estilo del Lobo Blanco. Desde el uso de ambas armas, hasta diferentes tipos de señales, las habilidades del brujo están bastante bien conseguidas en el juego.
Muy completo para un jugador
A pesar de que, por lo general, el genero de la lucha suele centrarse más en apoyar el multijugador, en SoulCalibur VI han querido ofrecer una buena cantidad de contenido para un jugador. Fruto de esto nos llega un juego que, además de los modos típicos como arcade, cuenta con hasta dos modos historia diferentes, Crónicas de la Espada y Balanza de Armas. Cualquiera de los dos modos ofrece una gran cantidad de horas para aquellos que prefieran jugar en solitario.
El primero de ellos, Crónicas de la Espada, es el modo historia más clásico. Sin entrar en muchos detalles, podemos vivir la trama principal del juego, protagonizada por Kilik, además de una serie de tramas secundarias de otros personajes. Merece una mención especial la incorporación de Geralt de Rivia a la historia, que pese a no ser nada del otro mundo, su participación tiene una explicación que se siente verosímil. En este modo se basa principalmente en la historia, por lo que gustará bastante a los fans de la saga, ya que nos permitirá ir descubriendo los caminos de cada personaje, a la vez que se van intercalando algunas batallas de forma esporádica.
Balanza de Almas es el otro modo principal para un jugador. En este, nos crearemos nuestro propio personaje e iremos visitando lugares de Europa completando diferentes misiones. Este modo añaden algunos elementos roleros al juego, como la subida de nivel, además de las diferentes armas y objetos que iremos consiguiendo a lo largo del juego. A pesar de que podremos crear nuestro personaje, únicamente podremos personalizarlo de manera estética. Mientras que sus habilidades y movimientos dependerán del arma que tenga equipada, aunque para su uso correcto necesitará el aprendizaje de sucesivos combates. Además de las misiones principales, este modo nos permitirá realizar diferentes tipos de tareas secundarias, que nos permitirán conseguir recompensas extra. Pero no todo será bueno, ya que las derrotas también nos perjudicarán, haciéndonos perder una parte del dinero que hubiéramos conseguido.
La principal pega de este modo, que también se puede aplicar a Crónicas de la Espada, es el excesivo uso del texto. Mientras avanzamos la mayor parte del tiempo se desarrolla con la lectura de texto que nos cuenta la historia acompañado de imágenes estáticas. Esto podría haberse mitigado con la incorporación de alguna cinemática de vez en cuando, que no haría tan tediosa la espera de las batallas.
Pero, como buen juego de lucha, también cuenta con un modo multijugador, aunque trae demasiadas novedades. Tendremos a nuestra disposición desde partidas igualadas, donde nos jugaremos la clasificación en el ranking, o informales, para jugar sin presión. Durante estos días previos al lanzamiento, los servidores han funcionado de manera correcta. Los combates que hemos disputados no han ofrecido ningún tipo de ralentización ni otros problemas, además el matchmaking se ha realizado de manera bastante rápida. Aunque estos días ha funcionado bien, habrá que esperar a la llegada masiva de jugadores en su lanzamiento para comprobar su estado real.
Lucha a 60 fps
Con SoulCalibur se ha apostado por conseguir una tasa de 60 FPS sólidos, algo que un juego de lucha agradece y mucho. Pero, para esto, la compañía japonesa ha sacrificado la búsqueda de unas mejores texturas de los personajes y los escenarios, que no llegan a estar al nivel que deberían a estas alturas. No nos malinterpretéis, el juego rinde bien a nivel técnico, pero tiene un nivel bastante similar a lo visto en Tekken 7, cuyo lanzamiento ya ha cumplido dos años. Por contra, las animaciones de los personajes están desarrolladas a la perfección, permitiéndonos disfrutar de grandes coreografías de lucha.
En el apartado sonoro, la saga regresa como nos tiene acostumbrado, acompañado de una gran variedad de melodías épicas, además del narrador típico de la saga. A pesar de contar con voces en inglés, el juego llega perfectamente localizado al castellano tanto en textos y subtitulos.
Conclusión de Soulcalibur VI
Los seguidores de la lucha están de enhorabuena, la saga Soulcalibur regresa por todo lo alto. Un plantel variado con grandes invitados o su jugabilidad solida y entretenida son algunas de las principales bondades que se le pueden atribuir a este SoulCalibur VI. Si a esto sumamos una variedad de modos de juego que ofrecen una buena cantidad de horas de contenido, tanto para disfrutar en solitario como en multijugador, nos queda una de las entregas más pulidas de la saga.
A pesar de su calidad, el título no está carente de fallos. La incorporación de los Reversal Edge simplifica demasiado la jugabilidad con una mecánica bastante innecesaria. Por otro lado, a pesar de que no está mal, el apartado gráfico podría haber estado un poco mejor trabajado.