Starwhal: Just the Tip. Análisis PS4

Hoy analizamos una de las propuestas más peculiares que hemos visto en los últimos tiempos. De la mano de Breakfall, los creadores de Marvin’s Mittens, hoy llega Starwhal: Just the Tip para PS3 y PS4. Con función Cross-Buy, tenemos un nuevo juego multijugador offline que nos pone en la piel de narvales, un animal que algunos desconocíamos hasta ahora, de colores que practican una justa submarina de lo más peculiar.

Qué hacer debajo del mar

Starwhal: Just the Tip no tiene ningún trasfondo, simplemente sitúa de uno a cuatro jugadores en un recinto de batalla en 2D, en el que tendremos que combatir para derrotar a nuestros adversarios, bien sea de forma individual en un todos contra todos, o en equipos de 2 vs 2. El atractivo del título pasa por combatir con y contra amigos en su multijugador offline, aunque si lo deseamos también, podremos hacerlo contra la CPU.

Contaremos con 2 modos básicos: Desafío y Versus. El primero está exclusivamente destinado al juego en solitario, y consistirá en alcanzar un determinado objetivo dentro de un tiempo limitado. Es una especie de juego contrarreloj en el que el mapa será cada vez más complejo, llegando a límites frustrantes. En el fondo, resulta bastante insulso, y aunque si estamos solos en casa, puede servirnos para pasar un rato entretenido, no hay mucho más de donde rascar, siendo un modo muy secundario.

El segundo, es el modo principal del juego, y antes de profundizar más sobre él, queremos lanzar una lanza a su favor. Antes de jugar y analizar el título vimos varios de esos gameplays que circulan por YouTube. Al hacerlo, fuimos realmente escépticos acerca de la diversión que nos podría ofrecer, sin embargo, cuando nos pusimos a jugar, realmente vivimos una experiencia divertida. Estamos ante uno de esos juegos que mejoran exponencialmente cuando nos ponemos nosotros a los mandos respecto a cuando solo miramos, hasta el punto de cambiar radicalmente la percepción que tenemos de él.

Volviendo a la descripción del modo multijugador, este es la base de Starwhal, y por tanto, el que nos sirva para juzgar al título. Dentro de esta modalidad, podemos distinguir hasta cuatro variantes distintas:

Un ataque directo al corazón

No podemos negar que la primera vez que nos pusimos a jugar a este Starwhal: Just the Tip, sentimos sorpresa y temor a partes iguales. Comenzábamos a comprender la idea del título, y la verdad es que era de lo más interesante, sin embargo parecía imposible controlar una mecánica basada en giros y aceleraciones. Con 3 botones teníamos que lograr ensartar una parte de nuestro cuerpo en forma de lanza en el corazón de nuestro enemigo, algo realmente complicado. Sin embargo, esto apenas duró una partida, a partir de ahí todo era más fácil de lo que parecía y estábamos ya planeando nuestras propias estrategias, que a pesar de todo, pocas veces eran efectivas. Lo que queremos decir con esto es que estamos ante un título muy sencillo de manejar pero casi imposible de dominar.

La experiencia es muy buena, los «piques» son constantes, y la ralentización de los movimientos cuando estamos a punto de ensartar a nuestro enemigo, para que ambos podamos tener un control más preciso de la situación, es realmente un acierto.

Pero claro, hay un problema de fondo bastante importante. La jugabilidad es bastante limitada y con ello la duración del juego. No es difícil predecir que el interés dure solamente unas partidas, y es que el título no da para mucho más que unos piques entre amigos, no es rejugable ni vamos a encontrar muchos más incentivos que jugarlo alguna tarde de relax en la que no queramos poner un título más complejo. Es lo que es, y hay que reconocer que su cometido lo cumple.

Es verdad que Breakfall ha hecho un buen trabajo aportando los modos de juego ya mencionados, además de hasta 25 mapas distintos con multitud de variables, como hielo que podemos romper, fuego que nos quita corazones o bolas que nos impiden movernos libremente. A pesar de todo, esto añade muy poca duración al título, ya que no creemos que se jueguen muchas más partidas así, que si únicamente pudiésemos batirnos en duelo en dos o tres escenarios.

Por si no estuviera ya suficientemente limitado, tampoco contamos con un modo online, por lo que si no tenemos la opción de jugar con amigos en casa, no tiene demasiado sentido ponerse a jugar. Si bien es verdad que puede resultar medianamente entretenido durante un par de partidas, jugar contra la CPU le resta prácticamente todo el encanto.

Los narvales psicodélicos

Es innegable que este Starwhal: Just the Tip es una propuesta desconcertante en todos los sentidos, sorprendiendo más si cabe en su aspecto gráfico de los 70. Neones, colores chillones y un aspecto psicodélico, es la carta de presentación de este llamativo título.

Uno de los añadidos más curiosos es la personalización de nuestros personajes, a los cuales podremos cambiarle desde el color, la forma de la cara, poniéndoles una espada láser por nariz o una careta de dinosaurio entre otras muchas propuestas, y el cuerpo, tanto con divertidos objetos como colocando muñecos, o los propios desarrolladores del título sobre ellos. Esto no influye para nada en la jugabilidad, sin embargo, es un añadido muy original y divertido a un título ya de por si muy desenfadado.

Respecto al apartado sonoro, apenas podemos resaltar nada. Estamos ante toques tan setenteros como en los gráficos y que pasados los minutos, acaban resultando monótonos. Los efectos de sonido son correctos, nada destacable ni para bien ni para mal.

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Conclusión

Starwhal: Just the Tip es uno de esos títulos que hay que jugar para llegar a ver la diversión que nos puede ofrecer. Estamos ante unas mecánicas sencillas de aprender aunque difíciles de dominar, algo que muy posiblemente acabe por resultar intrascendente, debido a lo monótono de un título que no nos durará más de un puñado de partidas, más aún cuando no tenemos un modo online.

El toque setentero cargado de humor, completa un título que no trascenderá pero que puede ser la alternativa de más de una tarde de juego con nuestros amigos, al menos mientras no hayamos disfrutado de todos sus modos de juego. Aconsejable para unas partidas, aunque se queda lejos de ser un indispensable de nuestras consolas.

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