Menuda resposabilidad. Analizar Super Mario Bros y ¿para qué hacéis esto? Pensaréis muchos que ya es un juego raído, viejo, apolillado y del que se ha hablado demasiado. Pero esta semana en gameit.es, buscando en el cajón desastre nos hemos topado con él y hemos decidido desempolvarlo y darle el homenaje que se merece. Además comentar un juego como este implica hablar de la historia viva de los videojuegos y es una oportunidad que no se tiene todos los días.
Aún recuerdo cuando era un pequeño “lemming” y llegué a casa el día de mi comunión. Encima de mi cama una gran caja con la Nintendo Entertainment System y el juego en cuestión mal envuelto, con el papel arrugado después de haber sido estrenado ya por mis hermanos mayores, a escondidas, días antes de que me lo regalara mi familia. A pesar de esta inocente gamberrada aún guardo esa gran sensación que fue sacar el cartucho gris de su caja, introducirlo en la máquina y agarrar el mando rectangular con su cruceta negra y los botones A y B rojos por primera vez. Ver en pantalla: “1 Player Press start y comenzar la partida fue algo que ha quedado grabado en mi memoria y en mi retina jugona.
(Antes de seguir con este pequeño retro análisis os propongo esta pregunta: ¿Cuál es vuestro primer recuerdo como jugones? Dejadlo si queréis en los comentarios y con vuestras respuestas podremos hacer, si os gustan, más retro análisis de vuestros juegos favoritos, pero solo de vez en cuando. Nos debemos a la actualidad.
Esta obra de arte fue creada por Shigeru Miyamoto, en el año 1985, y resultó ser un antes y un después en el mundo de los videojuegos. Toda una revolución para el entretenimiento electrónico doméstico. El éxito de una idea simple transformada en un guion que hoy en día se repite con frecuencia. Héroe anónimo salva princesa en apuros. Este peculiar ser, que se dedicaba a avanzar en scroll horizontal, corriendo de izquierda a derecha, fue una sorpresa tanto para la empresa ubicada en Japón como para el propio creador del título. La repercusión que tuvo ha llevado a Mario a ser la mascota oficial de la compañía nipona e icono en el mundo de los videojuegos.
Antes de empezar un poco de historia
Gracias a este título, la industria del entretenimiento doméstico experimentó un saneamiento que le impulsó a nuevas cotas nunca antes alcanzadas, ayudando al sector a salir de una gran crisis en la que llevaba sumido desde el fracaso de la primera generación (Atari y otros sistemas como Coleco no alcanzaron el impacto esperado y aún se recuerda el gran fiasco que fue E.T: el videojuego).
La aventura narraba el viaje de Mario, un fontanero bigotudo, cuyo objetivo era salvar a la Princesa Peach del Reino Champiñón, raptada por el malvado Rey de los Koopas, Bowser. A través de ocho mundos bien diferenciados nuestro héroe tendría que esquivar todo tipo de obstáculos, enemigos y saltos impensables para alcanzar su objetivo. A simple vista parecía sencillo pero el acierto y la destreza de nosotros, los jugadores, van a ser claves para solventar la papeleta y así poder rescatar a la pobre princesa de las malvadas garras de su opresor. Nadie se imaginaba que casi 30 años después la situación se iba a repetir en tantas ocasiones.
Despuntando en los años 80
No debemos olvidar que este juego fue lanzado en el año 1985, así que nuestros estándares gráficos deben centrarse en el software que había en esos años (compararlo con los juegos de hoy sería como intentar almacenar aire entre nuestras manos). Un título con unos sprites muy coloristas. Mario nos mostraba su ahora ya típica indumentaria, su bigote y su ya característica gorra roja. A pesar de ser niveles bastante planos, sin apenas detalles, el acabado era más que correcto y cumplía a la perfección con lo exigido para el primer título exitoso de plataformas de la historia. Fue toda una innovación encontrarnos niveles con enemigos tan atípicos y bien diferenciados: desde tortugas verdes y marrones, lanzamartillos, balas de cañón, erizos, peces voladores, pulpos y hasta goombas de color castaño que serían fácilmente aplastados por nuestro héroe.
Tampoco podemos dejar de lado las fases acuáticas y aún menos los niveles finales de cada mundo en los que tendríamos que derrotar al malvado esbirro de turno que se encontraría al final del castillo protegido por muchos abismos, pinchos, barreras de fuego y fosos de lava. Llegar a la pasarela final donde tendríamos que medirnos contra el jefe final, solo ayudados de nuestra destreza y valentía tenía su aquel, pero durante el trayecto íbamos a poder encontrarnos muchos elementos como flores de fuego o champiñones que nos facilitarían la misión.
Música inconfundible y mecánicas inolvidables
En la pantalla de título no se encuentra sonido alguno, solo esa imagen que os he descrito antes, pero al presionar el botón start sonará una melodía que todos y cada uno de nosotros ya habremos escuchado en alguna que otra ocasión. Esas notas compuestas por Koji Kondo pasarán a la historia y serán reconocidas por jugadores de varias generaciones. Hay distintas para cada nivel, dependiendo si estamos bajo el agua, en la superficie, en una cueva o en un castillo. Aunque en varios momentos del título se repiten, no se hacen pesadas y junto con los efectos sonoros hacen de la banda sonora de Super Mario Bros una pieza memorable y muy bien compuesta. Los más nostálgicos puede que hasta la conserven como tono de llamada en su teléfono móvil.
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Si de algo se puede hablar largo y tendido, es sobre la jugabilidad de Super Mario Bros. Primer juego de plataformas puntero y uno de los primeros título que utiliza con acierto el scroll horizontal. Como ya se ha mencionado antes, el desplazamiento lateral usado de esta manera fue toda una innovación para la época y más en un juego de sobremesa. La cruceta digital, un estándar en la actualidad, y los dos botones de acción lograban el efecto esperado de una manera perfecta. La sensibilidad de los botones al presionarlos así como las direcciones estarían muy bien ajustadas para que, dependiendo de la fuerza con la que los pulsáramos (A o B), alcanzásemos una potencia u otra.
La partida comenzaría con tres míseras vidas que poco a poco se verían incrementadas, siempre y cuando nos topáramos con alguna una seta especial de color verde. La gente por las montañas no es tan confiada y os lo dice alguien que de setas entiende. Si llegáramos a recolectar también 100 monedas, ganaríamos otra vida extra. A lo largo de las pantallas iremos consiguiendo puntos por derrotar a nuestros enemigos. Si asestáramos un combo de más de ocho golpes, por ejemplo eliminando a ocho enemigos sin tocar el suelo o con una misma concha, también lograríamos una vida más. A diferencia que en otros títulos al llegar a una determinada puntuación no sumaríamos otra vida más.
Pero el placer de destrozar todos los elementos del escenario como bloques, ya sean vacíos o con interrogante, es algo que no nos lo puede quitar nadie (bueno sí, la falta de tiempo porque al llegar a 0 moriremos irremediablemente. Eso de estar siempre pendientes del reloj no es sano).En estos últimos bloques pueden encontrarse monedas o items que nos ayudarán en nuestro periplo: desde champiñones que nos agrandarán, flores de fuego que nos permitirán disparar, hasta estrellas de poder que nos harán invulnerables por un breve periodo de tiempo.
En la mayoría de las pantallas, en su parte final, nos encontraremos con unas banderas que tendremos que izar saltando desde la lejanía a modo de punto de control. Cuanto más alto lleguemos, mayor puntuación y si tuviéramos destreza y atináramos en un determinado segundo, puede que hasta nos lanzaran fuegos artificiales para celebrar nuestra llegada.
Este juego, en la actualidad, peca tal vez de ser demasiado lineal y de no tener grandes motivos para ser rejugado, salvo la mera y simple diversión que nos ofrece y el sentimiento retro. Una vez que salvemos a la princesa estará todo el pescado vendido. Podremos intentar pasárnoslo con más vidas, o en menos tiempo (hay récords en youtube en los que acaban el título en menos de 5 minutos) o con mayor puntuación, pero el final seguirá siendo el mismo. Eso sí, los más persistentes verán recompensados sus esfuerzos con la posibilidad de pasárselo de nuevo en un modo más difícil y con el pequeño truco de poder elegir mundo, eso sí, con enemigos más resistentes y niveles algo más complejos.
Conclusión
Super Mario Bros tiene merecida su fama. Es el primer título de una larga serie de episodios muy exitosos y, por qué no decirlo, de imitaciones. Un pionero en el mundo de los videojuegos que, como el buen vino, con los años mejora y sigue ofreciendo su mejor imagen. Tal vez no sea un vino que podamos catar y disfrutar a todas horas, pero siempre queda muy bonito en la vitrina. Hoy en día con las nuevas versiones de este título (sobre todo en la consola virtual), con mejoras gráficas sustanciales y nuevas mecánicas, lo hacen más recomendable para nuestro disfrute y luce como una buena oportunidad para pasar una tarde de manera entretenida y agradable. Un claro ejemplo de clásico que cualquier jugón que se precie debería probar.
Aquí os dejamos un pequeño especial que le hemos dedicado al título en Pulsa Start.
Su ajustada curva de dificultad hace que el reto no resulte monótono. Un título que a pesar de no poder salvar nuestro progreso en el cartucho (en la versión original no se podía, pero sí en las posteriores), no resulta frustrante. Empezar desde cero siempre tiene sus alicientes. Nos ayuda a que sigamos mejorando y avanzando. Si estáis cansados de gráficos ultradetallistas y queréis echar las horas en un juego clásico que divierta y sea un reto, no dudéis en probar esta maravilla creada por Nintendo y Shigeru Miyamoto hace ya casi 30 años. Larga vida al fontanero más laureado de la historia (aunque me gustaría, en alguna ocasión, ver si es capaz de arreglar un grifo o alguna cañería deteriorada; es de las pocas cosas que no le hemos visto hacer y mira que es polifacético: deportista, doctor, conductor, organizador de fiestas…).
Lo mejor:
-Divertido y adictivo.
-Pionero en su género y ejemplo a imitar.
-Derrocha carisma por los cuatro costados.
Lo peor:
-Duración limitada.