Super Mario Odyssey. Análisis Nintendo Switch

Lo estábamos deseando, con permiso de Breath of the Wild este era uno de los juegos más esperados de Switch, probablemente del año, y desde que fue anunciado incluso de toda la generación. Estamos hablando, como no, de Super Mario Odyssey, la nueva aventura del fontanero más querido de todo el universo gamer.

Nintendo se enfrentaba una vez más a la obligación de innovar en la franquicia más longeva del mundo de las plataformas, y es que, tras más de 30 años, y centenares de juegos a sus espaldas, parecía imposible sacar un juego distinto, revolucionario incluso. Pero si alguien es capaz de eso es la gran N y una mente brillante como Miyamoto, dando lugar a un serio candidato al GOTY y que a continuación analizaremos aquí en Game It.

Una princesa metida en lios

Desde su nacimiento, y eliminando los spin-offs y juegos muy muy contados, la razón de ser de Mario ha sido rescatar a su amada princesa de las garras del malvado Bowser. Todo esto siempre siguiendo esa línea cómica y de humor blanco de Nintendo.

Mario Odyssey sigue esta misma línea, empezando nuestra historia con Peach secuestrada por nuestra némesis. Sin embargo, en esta ocasión su propósito va un paso más allá, y es que su intención es casarse con nuestra amada, y esto es lo que precisamente le llevará a recorrer el universo en busca de elementos tan básicos como una boda como son un vestido, un ramo de flores o un anillo.

Esta claro que un ser tan importante como Bowser no se conforma con cualquier cosa, y por ello ha puesto en marcha un barco volador con el que surcar lugares tan variopintos como Sultitlán en el Reino de las Arenas, el Lago Kutur en el Reino del Lago, o la gran urbe de New Donk.

Es aquí donde entramos en escena para evitar que ese enlace llegue a producirse. Y por supuesto no será una tarea fácil, ya que nuestro rival no ha dejado nada a la improvisación, y allá a donde vayamos en su búsqueda nos toparemos con los Broodals, unos conejos con cara de pocos amigos y que intentarán que dejemos en paz a su jefe, y los bosses propios de cada lugar, dispuestos a pagar las afrentas recibidas contra el primero que los moleste.

Cappy al rescate

Lo que nadie esperaba es que no estamos solos, y es que tenemos uno de los aliados más útiles y divertidos de la saga. Estamos hablando de Cappy, un habitante del Reino Sombrero cuya hermana ha sido raptada junto a Peach. Tras perder nuestra gorra nos buscará y se convertirá en nuestro compañero de aventuras como nuestra nueva visera y dándonos poderes nunca antes vistos en la saga.

La llegada de este adorable personaje funciona como eje central en el desarrollo de Super Mario Odyssey, revolucionando la jugabilidad de una forma nunca antes vista en la saga, y aportando un nuevo punto de vista a lo visto hasta ahora.

En el título de Nintendo Switch desaparecen elementos tan unidos a Super Mario como el sistema de vidas o los power-ups. Aquí no veremos a Mario lanzando bolas de fuego, volando con su capa, transformado en gato o mapache o con una estrella que lo vuelva invulnerable. Aquí todo cambia, y es que Cappy es capaz de “poseer” a múltiples NPC que nos proporcionarán habilidades especiales tan útiles como divertidas.

Nadar como un Cheep Cheep, disparar misiles como tanque, estirarse como una oruga, planear como un dinosaurio o convertirse en uno de los más imponentes sobre el universo serán solo unas pocas de las más de 50 transformaciones que podemos ver en Super Mario Odyssey, una auténtica locura que convierte en este título en uno de los más profundos de la saga en todos los sentidos.

Todo esto resulta incluso necesario para afrontar la gran cantidad de mundos distintos que nos ofrece el juego. Con un formato de semi mundo abierto, nos subiremos a la nave Odyssey para visitar mundos en tierra, mar y aire. La variedad de todos ellos es alucinante, siempre llenos de zonas de plataformas, de pequeños puzles o simplemente zonas de exploración medianamente grandes que no se hacen tediosas en ningún momento.

Volviendo a hablar de la Odyssey, esta será el vehículo que nos permita el avance a lo largo de todo el juego, y la que justificará gran parte de nuestra presencia y permanencia en los mundos. Para que esta funcione y pueda llevarnos hasta Bowser y nuestra amada Peach, deberemos encontrar las lunas (en total bastante más de 500) que estarán escondidas por todos los mundos, ya que estas funcionan como combustible y serán indispensables si queremos arrancarla de nuevo. Digamos que es la forma de justificar un sistema muy similar al de las estrellas en Super Mario 64.

Es el momento de hablar del control, quizás a la única parte del juego a la que se puede poner algún pero, y aun así solo si hablamos de tipos concretos de control, tampoco de todos. Por norma general el movimiento de Mario es una delicia, tanto de él mismo como de los personajes en los que nos transformamos.

El “problema” viene cuando usamos a Cappy y estamos en modo portátil o con cualquier sistema que implique no tener los Joy-Con por separado, y es que muchos de los movimientos especiales de nuestra gorra son exclusivos del control por movimiento, algo complejo si no tenemos un mando en cada mano solamente. Por supuesto hay que decir que estos no son para nada indispensables en la aventura, sin embargo, empeora ligeramente la experiencia de aquellos que estén jugando con la Switch en sus manos o con el mando PRO.

Respecto a la curva de dificultad, esta es pura marca de la casa, siguiendo la línea a la que nos tiene acostumbrados la saga de Mario. Esta está diseñada para encantar a todo tipo de jugadores, ya que está planteada por capas, en las que tenemos la más superficial que nos permitirá terminar el juego en 7-8 horas, una media en la que descubriremos muchas lunas y monedas y compraremos todos los disfraces de nuestro fontanero, y una última solo al alcance de los mejores y que nos llevará a recorrer durante decenas de horas cada esquina del mundo para encontrar todo lo que Super Mario Odyssey está dispuesto a ofrecernos.

 

Un diseño made in Nintendo

Nadie puede discutir que los juegos de Nintendo no son ni los más potentes ni los que tienen mayor definición, sin embargo, tienen un encanto al alcance de muy pocos, y es que, tanto el diseño de personajes y entornos como la paleta de colores es inigualable, capaz de dotar a sus títulos de una personalidad realmente única.

Cada mundo de Super Mario Odyssey es diferente, vistoso, sencillamente maravilloso. Explorar cada esquina es una auténtica delicia. Y qué decir del diseño de nuestro protagonista, quien dispone de una gran variedad de uniformes a cada cual más divertido y logrado. Incluso los enemigos son bonitos de ver.

Todo esto está hecho con el sello de identidad de la saga, el cual nació en 3 dimensiones con Super Mario 64, siguió con las dos entregas de Super Mario Galaxy, continuó con 3D Land y World y ha alcanzado su zenit con Odyssey, brillando tanto en modo dock que alcanza los 900p y 60FPS, como sobre todo en modo portátil, donde podremos llevarlo a donde queramos a 720p y los mismos 60FPS. Sin duda un auténtico lujo tener toda esa potencia en nuestras manos y con un consumo de batería bastante razonable.

El aspecto sonoro es igual de excelente que en cualquier otro título del fontanero, sonidos personalizados para cada mundo, situación o enemigo y por supuesto la voz de nuestro protagonista seguirá corriendo al cargo de Charles Martinet. La BSO luce como siempre nos tiene acostumbrados, reiterando esa personalidad única de cada una de las creaciones de Nintendo.

Conclusiones Super Mario Odyssey

Es indudable que estamos ante uno de los serios candidatos del GOTY 2017. Super Mario Odyssey es un ejemplo de cómo se debe crear un videojuego, con paciencia, con cariño, y si aún encima tienes a un genio como Miyamoto al mando solo puede salir una auténtica obra maestra como la del primer Mario 3D de Nintendo Switch.

Este es un título grande, con una curva de dificultad magnífica, fiel a la esencia pero capaz de introducir mecánicas totalmente innovadoras y que sienten mejor si cabe a la saga. Cappy es uno de los grandes aciertos de Nintendo y esperemos volverla a ver en nuevos títulos del fontanero italiano.

Super Mario Odyssey es un auténtico juego vendeconsolas, uno de esos que si eres fan de los videojuegos tiene que estar en tu estantería, porque más allá de que puedan gustarte las plataformas o su aspecto más o menos infantil, es un juego divertido y capaz de maravillarte más y más a cada paso que das.

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