A día de hoy está bastante de moda el mundo retro, algo que ni tan siquiera un universo tan extenso como el de los videojuegos puede pasar por alto. Sin embargo la mayoría de la industria está centrada en las nuevas tecnologías y el lanzamiento de títulos que cada vez exprimen más nuestras habilidades, o al menos eso es lo que pretenden. Realidad Virtual, consolas y ordenadores cada vez más potentes, nuevas formas de interactuar con los medios virtuales… un sinfín de posibilidades que deja atrás las mecánicas simples y los antiguos modos de diversión (¿Quién a día de hoy queda en casa de un amigo para jugar al nuevo Street Fighter V o disfrutar de una partida en red lan con los portátiles y StarCraft II?).
Se dice que hace ya mucho que está todo inventado y que innovar es a veces una tarea imposible, pero lo cierto es que muchas veces no nos damos cuenta de que lo simple no tiene por qué ser algo malo o negativo. En la historia de los videojuegos tenemos un ejemplo perfecto a esto y es que el Tetris, uno de esos títulos míticos que todos hemos, o deberíamos, haber jugado alguna vez en cualquiera de sus versiones, sigue estando al pie del cañón sin importar el tiempo que pase.
Con más de 100 millones de copias vendidas para móviles, este título ideado por Alekséi Pázhitnov en la antigua Unión Soviética y lanzado el 6 de junio de 1984 ha visto infinidad de versiones, desde las más famosas como la de Game Boy, dando una unión que popularizó en gran manera tanto a la máquina portátil de Nintendo como al juego en sí, hasta las más modernas que nos permiten jugar en formato online con hasta seis jugadores. A día de hoy puede encontrarse en muchos lugares el Tetris, incluso con múltiples variantes nacidas de la misma idea, pero lo que está claro es que cuando algo funciona es difícil cambiarlo a mejor.
Lo que parece que es complicado de explicar a las grandes distribuidoras es cómo puede ser que un juego tan simple, que según cuenta la leyenda fue programado por un estudiante de 16 años en una sola tarde, puede haber embaucado a tantas generaciones de jugones, sobre todo cuando son tan distintas entre sí. La explicación para nosotros es bien sencilla: es muy entretenido de jugar. Muchas veces nos centramos en grandes apartados gráficos, presupuestos de súper producción y mecánicas imposibles pero hay que admitir que muchas veces todo esto no importa lo más mínimo si no cumple una sencilla regla: si jugar no es divertido deja de tener el más mínimo valor.
Obviamente ante la gran diversidad de gustos, qué puede ser divertido para unos puede diferir mucho de lo que lo es para otros, pero el Tetris ha sido una de esas ideas que ha pasado a la historia tanto por su sencillez como por su capacidad para crear adicción, convirtiéndose en uno de los primeros títulos en conseguir que compitiéramos contra nosotros mismos o nuestros amigos mucho antes de que se inventara el multijugador o internet sacara al gran competidor que todos llevamos dentro.
Sea como fuere, Tetris lleva muchísimos millones de copias vendidas en todo el mundo y parece que a pesar del tiempo que ha pasado desde su lanzamiento y de que siempre estamos buscando nuevas cotas de avances tecnológicos, no va a dejar de seguir aumentando. Sirva como reflexión para los futuros desarrolladores de juegos o para nosotros los jugadores, nunca está de más echar una partidita y ver quién es el mejor de esta joya atemporal.