Ser el recluso de una prisión no es el sueño de ninguna persona que se precie, al menos que yo tenga el gusto de conocer, pero en una cárcel como la que nos muestran los chicos de Team 17 se podría decir que, llamadme loco, vivir ahí puede tener hasta cierto encanto y para el jugador puede ofrecer una diversión difícil de equiparar.
La vida en cautividad, privados de nuestra libertad, es difícil de imaginar. Tendremos nuestras rutinas carcelarias, nuestros desayunos con nuestros compañeros de fatigas, nuestras peleas, nuestros momentos de imaginación, nuestros trabajos carcelarios y sobre todo la búsqueda de soledad para atar cabos en los que pensar cómo salir de ahí. Todo ser humano ansía la libertad y los sprites de 8-bits que habitan estas prisiones también. Bienvenidos a The Escapists.
Clásicos 8 bits de mis amores
Pixel Art. Está claro que es una nueva tendencia y más en juegos indies. Los chicos de Team 17 son unos expertos en hacernos soñar con imágenes de generaciones pasadas. Unos sprites que recuerdan a los 8-bits de Nintendo o Master System, eso sí, muy fluidos y bien diseñado aunque en algunas zonas algo vacíos. En todo momento el juego marcha a las mil maravillas, pero claro estando en la generación en la que estamos, si una consola como PlayStation 4 no logra mover esto bien… apaga y vámonos (frase por cierto que se podría utilizar mucho en esto del argot del prisionero).
El juego funciona y tiene un encanto que pocos títulos alcanzan. Estamos convencidos que si tuviera otro look, no luciría igual de divertido o travieso. Es un título que, una vez disfrutado, despierta en el jugador una nostalgia por las cosas vividas antaño y a la vez una sensación retro intrigante.
Los 90 nunca pasan de moda
Claro está que un juego de estas características, con estos diseños de escenarios y esas imágenes tan retro, necesita de una banda sonora acorde a lo visto en el juego. Y con banda sonora nos referimos a todo: sonidos, melodías, onomatopeyas… ya que el juego destila aroma a los años 90 por todos lados. Las melodías, aunque acertadas, a la larga suelen resultar bastante repetitivas. Al tener que estar horas y horas vagando por los muros y pasillos de esas prisiones, sin olvidarnos de los patios de recreo, al llevar varios días pensando cómo escapar de ahí, nos va a resultar necesario cambiar de música y encender nuestros propios equipos de audio porque si no, probablemente, acabaríamos cometiendo alguna locura y, dada las posibilidades del título, mejor no forzar la máquina.
Escapa cómo puedas y cómo quieras
Este es el punto fuerte de este juego y donde vamos a centrar la mayor parte de este análisis. Lo primero que queremos decir es que viene traducido completamente al castellano y tiene unos chistes muy muy buenos, así que un diez para el gran trabajo de localización del título. Comenzamos con un tutorial en el que se nos explican los controles y una de las maneras de escapar de esa primera prisión. Los seguimos al pie de la letra y… parece sencillo. Pero una vez entramos en nuestra primera cárcel… la cosa cambia por completo. Si no estamos hábiles, en menos de un minuto podremos recibir nuestra primera paliza y ganarnos la enemistad de media prisión.
Sí, porque este es el mayor punto del juego: las relaciones interpersonales en la prisión. No es un juego en el que tengamos que pasar de nuestros compañeros y buscarnos la vida para escapar. No, no, no. Estáis muy equivocados. Tendremos muy poco tiempo para centrarnos en eso. Desde primera hora de la mañana tendremos un horario que cumplir. Os acordáis de lo tedioso que podía resultar en Los Sims el hacer todas nuestras tareas e intentar construir una casa y una vida ejemplar, pues muy similar es lo que tendremos que hacer en The Escapists, pero con un nivel de detalle distinto. Tendremos que cuidar muy mucho las relaciones personales, no solo con nuestros compañeros de prisión sino con los policías, el alcaide y otros muchos elementos del juego. Además que las personalidades de los mismos pueden cambiar de buena a mala o de mala a peor en un simple tropiezo en el comedor.
En este punto tendremos que ser extremadamente cuidadosos y saber elegir con quién queremos mantener una buena relación y cómo sobrellevar todas las tensiones. No todo es interactuar con nuestros compañeros, es hacerles favores, provocar altercados, robarles objetos que necesitemos, craftear nosotros mismos ítems de lo más variopintos e intentar satisfacer a todos y cada uno de ellos.
Se suele decir que en esta vida caerle bien a todo el mundo es imposible y es algo completamente cierto. En este juego también se cumple esta premisa. Las distintas personalidades de nuestros compañeros serán ante todo peculiares y cambiantes. Tal vez nos pidan un favor y lo tengas conseguido y porque en esos momentos no les apetece hablar contigo, puedes pegarte vagando por la prisión como un loco para darles lo que ellos quieren, pero solo cuando a ellos les venga en gana te atenderán. La vida en prisión no es fácil.
Sé que va a sonar muy raro pero tal vez el único momento del día en el que todos son receptivos a hacer intercambios de objetos y de información será en las duchas, tras una larga hora esforzándonos como gladiadores en el gimnasio. Sí, sí. Estas prisiones de hoy en día vienen equipadas con gimnasio, con sales de internet y muchas otras facilidades que hacen la vida del preso algo no tan deprimente.
Si estamos largas horas en el gimnasio, lograremos más fuerza y resistencia para aguantar las posibles peleas que tengamos en los ratos de ocio en la cárcel. Si estamos muchas horas frente a la pantalla del ordenador, nos haremos más inteligentes y sobre todo más hábiles para descubrir maneras de huir de la prisión (ya podía funcionar esto así en la vida real).
Las posibilidades de escape son ilimitadas. Podremos huir de la manera que queramos, siempre y cuando cumplamos unos requisitos. El nivel de dificultad está bien ajustado y conforme vayamos avanzando en las prisiones está claro que habrá mayores medidas de seguridad como cámaras de vigilancia y muchos otros elementos. Los policías también serán más siesos o más amables dependiendo de nuestra actitud con ellos y no os penséis que las buenas relaciones con vuestros compañeros de prisión se mantienen con el tiempo. No, tampoco es así. Los presos en este juego son como el viento: cambiantes.
Huir no va a resultar sencillo, como parece indicar el tutorial al comienzo, pero una vez logremos escapar por primera vez será muy gratificante. Habrá momentos en los que tendremos que fallar estrepitosamente para poder alcanzar una solución positiva. En muchas otras ocasiones acabaremos en la enfermería porque nos habrán pillado infraganti en medio de una pelea o hurtando algo que no era nuestro. Todas estas vicisitudes hacen de este juego un título muy a tener en cuenta. Mención especial cabe la posibilidad de adquirir vía DLC otras prisiones previo paso por caja. Por ahora solo está disponible Alcatraz y no es precisamente inexpugnable como en la vida real, sino un paseo por un jardín de infancia. Si dan aún más cárceles donde desarrollar toda nuestra imaginación… bienvenidos sean esos momentos de aislamiento y cautividad.
Conclusión de The Escapists
Pocos juegos indies de este año 2015 han resultado tan gratificantes como este juego de Level 17 y Mouldy Toof Studios. Las posibilidades de juego son muy altas. Tienes más de 200 objetos para poder craftear. La creatividad brilla por todos lados y el ingenio es algo que ayuda a que el juego sea aún más que elegante. Difícil, largo, entretenido y con un gran sentido del humor negro. The Escapists es un juego muy a tener en cuenta y si estáis hartos de tanto shooter o juego de aventuras eterno, con este título de estrategia e ingenio pasaréis horas más que entretenidas enganchados a los controles de vuestros mandos de PlayStation 4.
Lo mejor:
- Entretenido y complicado
- Muchas horas de juego
- Libertad para desarrollar nuestras misiones a nuestro antojo
- Aroma a juego retro por los cuatro costados
Lo peor:
- A algunos les puede tirar para atrás los gráficos
- El tutorial se queda en nada