The Golf Club. Análisis PC

Quizás el golf sea uno de los deportes más complicados de practicar y no solo hablamos de la técnica necesaria para poder realizar un buen recorrido, sino de la inversión que requiere y el estatus social que suele conllevar. Actualmente los juegos de golf que podemos ver en el mercado son del estilo de que cualquiera pueda practicar este deporte desde casa, un tanto arcades por así decirlo. EA dejó un gran hueco con la cancelación de la franquicia de Tiger Woods y alguien tenía que llenarla, por lo que HB Studios dio un paso al frente y se decidió a hacerlo, tal y como os mostramos en nuestras primeras impresiones de The Golf Club.

La nueva generación ha visto cómo el lanzamiento de The Golf Club ha supuesto un antes y un después en el mundo del golf virtual, aunque con algunas sombras que, si lo que buscamos es una simulación lo más realista posible, no nos defraudará.

Un deporte no apto para novatos

Antes de entrar en materia con The Golf Club nos gustaría dejar claro qué es lo que tiene que ofrecer este juego: realismo. No estamos ante el típico juego de golf al que con un par de horas de tutoriales y múltiples ayudas a la hora de jugar le vamos cogiendo el truco y acabaremos siendo buenos jugadores. The Golf Club es para aquellos usuarios experimentados en este deporte en la vida real o, en su defecto, en los juegos más realistas hasta la fecha.

En el título de HB Studios no hay tutoriales, ni trazados para ver dónde irá la bola, ni progresión de estadísticas, ni posibilidad de mejorar el equipo, ni conseguir mejores personajes… desde el principio sabremos cuál es nuestro nivel porque no habrá forma de mejorarlo a no ser a base de irnos de cabeza una y otra vez a los bunkers o acabar entre la maleza maldiciendo nuestro hierro 9.

Sabiendo esto lo cierto es que estamos ante una de las experiencias más completas que hemos visto a la fecha. Reconozco que no soy un experto en la materia ni mucho menos y que me he podido poner un poco al día gracias a los numerosos tutoriales que corren por internet, pero lo cierto es que la dinámica de su jugabilidad y la sencillez de sus controles hacen que sea bastante fácil acostumbrarse a ella, gracias a que solo tendremos que mover nuestra palanca del mando para poder golpear la bola.

A nuestro juicio quedarán la compensación del viento, dónde golpearemos la pelota, el palo que utilizaremos… un sin fin de variantes que harán que demostremos si realmente somos buenos golfistas o no. Esto puede hacer que más de uno se eche hacia atrás a la hora de hacerse con el juego, pero para los amantes del golf no hay duda de que es todo un punto a su favor.

Una nueva generación no tan nueva

The Golf Club ha salido solo para la nueva generación de consolas y PC y la verdad es que estamos ante un título que no aprovecha al máximo ninguna de las capacidades de las nuevas máquinas. Los escenarios son grandes emplazamientos naturales que generan un buen resultado aunque, si nos fijamos con atención, veremos algunos bordes serrados y glitchs gráficos. Una buena muestra de ello es que a la hora de crear nuestro avatar casi no dispondremos de posibilidades de personalización más allá del color de la piel y la ropa que llevaremos puesta.

El sonido sigue en la misma tónica ya que los comentaristas pueden llegar a ser un poco irritantes por momentos, reduciéndose nuestra experiencia casi a ello en este campo.

Sin embargo hay que tener en cuenta que estamos ante un título que no ocupa demasiado espacio por lo que a pesar de que exigirá que nuestra tarjeta gráfica pueda con DirectX 11 en PC, no necesitaremos nada especialmente potente en el resto de componentes. Siendo sinceremos The Golf Club no será el mejor título en cuanto al apartado gráfico que podamos tener, pero cumple de sobra con su cometido y se centra en lo realmente importante: la experiencia jugable.

No jugaremos dos hoyos iguales

Llegamos a uno de los puntos fuertes de The Golf Club y es que, a pesar de que es algo raro en el género y que ha sido demandado durante mucho tiempo, los usuarios podrán disfrutar de todo un señor editor y creador de hoyos en el juego. EA nunca dio su brazo a torcer y los amantes de Tiger Woods y sus juegos no tuvieron la oportunidad de dejar volar su imaginación y crear los circuitos golfísticos de sus sueños.

Con esta herramienta tendremos dos posibilidades básicamente. Por un lado el editor de hoyos nos permitirá la opción de generar, con tan solo un par de clics, un nuevo recorrido por el que poder jugar tranquilamente, escogiendo solo un par de opciones como el tipo de escenario, la climatología y dejando al juego que haga el resto. Así tendremos un hoyo generado prácticamente al instante, único y que nadie más podrá disfrutar.

¿Pero qué pasa si lo que queremos es pasarnos un par de horas para crear nuestro propio recorrido? Ante nosotros tenemos un buen editor que nos permitirá no solo dar rienda suelta a nuestra imaginación, sino invitar a nuestros amigos o desconocidos a que lo prueben y crear un torneo para competir y ver quién es el mejor. Para ello podremos ver el recorrido en forma de «fantasma» de nuestros oponentes y las parábolas que han descrito sus bolas mediante líneas de colores.

La idea ha sido muy buena y la verdad es que la forma de llevarla a cabo nos dará muchas facilidades a la hora de crear nuestros hoyos, aunque también nos encontraremos con algunas piedras en el camino como es la herramienta para crear lagos que a veces tiende a comportarse de alguna forma extraña. No todo podía ser perfecto.

Conclusión

The Golf Club no es un juego de golf para los usuarios casuales de esta clase de deporte, donde se nos exigirá un mínimo de conocimiento en los campos de golf. Los tutoriales brillarán por su ausencia así como las ayudas a la hora de golpear la bola, sin embargo para los verdaderos amantes del golf estamos ante uno de los simuladores más realistas que hemos visto hasta la fecha.

A esto hay que añadirle un creador de campos de golf que nos ofrecerá la mayor de las facilidades, ya sea para poder jugar rápidamente un hoyo que no hayamos visto como para dar rienda suelta a ese recorrido que siempre hemos tenido en la cabeza pero nunca hemos podido hacer porque nuestro juego favorito de golf no nos lo permitía. Quizás el apartado técnico sea donde más cojee, sin embargo para eso están los campos en la vida real.

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