Casi cinco meses después del lanzamiento del primer capítulo de la prometedora primera temporada de The Wolf Among Us (que nos dejó completamente maravillados) nos llega la segunda entrega de esta aventura episódica: Smoke & Mirrors. Hoy analizamos la segunda parte de la historia del sheriff Wolf y el oscuro barrio de Fabletown.
Nota: al tratarse de una aventura que se lanza por partes, tenemos que afrontar los análisis desde un punto de vista algo diferente. Así pues, nos limitaremos a hablar de aspectos referentes a este episodio en concreto. En el caso de que busquéis una opinión más profunda os recomendamos leer nuestro primer análisis, enlazado unas líneas más arriba.
Smoke & Mirrors nos devuelve a la piel de Bigby, nuestro protagonista, justo después de lo acontecido al final del primer episodio, «Faith». Intentando dejar de lado los spoilers, el final de aquella primera parte resultó tan apoteósico que para muchos esta larga espera se ha hecho casi insoportable. Y ahí estamos, en una situación límite para estos personajes de cuento que residen en el Bronx, enfrentándose al desafío más difícil que jamás han afrontado: un asesino con hambre de príncipes, princesas y todo personaje de cuento habido y por haber.
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Telltale nos sigue cautivando sumiéndonos en una atmósfera soberbiamente recreada, la imagen de Nueva York más oscura, violenta y desgarrada digna del mejor cine negro. Y continúa hilando una compleja historia desencadenada por el asesinato de una prostituta. Smoke & Mirrors, abarcando una duración de aproximadamente dos horas y cuarto, sirve como puente a lo que pueda suceder en el tercer episodio, normalmente clímax de las obras de Telltale en las que suele abrir la puerta al principio del fin de la historia. Porque este ep.2 incluye giros, sí, pero no llega a engancharnos tanto como lo hizo Faith.
Y una de las principales caracterísiticas de TWAU, como dijimos en su momento, es que se aleja incluso más del concepto de aventura gráfica moderna que el propio The Walking Dead. Sus capítulos son una sucesión de escenas en las que solo tenemos que tomar parte en el diálogo, resolver QTEs y caminar escasos metros para usar un objeto de forma exageradamente lógica. Se trata de uno de los aspectos que más me están preocupando a la hora de barajar el futuro de TellTale, pues cada vez parecen alejarse más de lo que querían en su momento dar a conocer (el resurgimiento made in USA de la aventura gráfica) para meterse en una especie de idealización de la industria como un pase para los que no quieren ir al cine. Sin embargo, el constante riego de situaciones de diálogo en las que nos vemos obligados a participar y las partes jugables (pocas, pero al menos la hay) lo salvan. Y de momento, como decimos, son el diálogo y las decisiones los que abarcan el 80% de este episodio, que, aún manteniendo de forma excelente el nivel narrativo, parece rellenar el hueco existente entre el primer capítulo y el tramo más intenso de la aventura que se espera para los tres últimos capítulos, generando más preguntas y respondiendo pocas.
Son las secuencias de acción y los puzzles los que más se ven perjudicados (aunque estos últimos siempre se ven algo marginados en pos del propio puzzle que supone llevar una conversación a buen puerto). Apenas habrá dos secuencias de pelea en las dos horas y pico de historia, meramente anecdóticas y sin aportar ninguna novedad al sistema de QTEs. Por otro lado, los rompecabezas «manuales» parecen haber dejado paso definitivamente a los morales, y de esta manera seguimos viendo el camino por el que TellTale desea llevar sus obras (el poder de decisión). Los diálogos siguen mereciendo un aplauso a los guionistas y nos engancharán desde el minuto uno, y el saber que nuestras decisiones tendrán relevancia en la historia (incluso cuando no lo parezca) siempre nos hará pensarnos dos veces qué decir o hacer en cada momento.
En cuanto al apartado gráfico, la estética de Bill Willingham le viene como anillo al dedo al motor de TellTale, que consigue con The Wolf Among Us resultados cada vez más sorprendentes. La ambientación sigue siendo soberbia, y costará creer que estamos jugando un videojuego y no leyendo un cómic.
En resumen, Smoke & Mirrors mantiene el nivel notable (camino a sobresaliente) de esta aventura episódica protagonizada por el sheriff Wolf, que si sigue por este camino, el equipo responsable de la segunda temporada de The Walking Dead (que empezó algo más floja) tendrá que ponerse a trabajar más duramente para superar un The Wolf Among Us que representa la perfecta imagen del futuro que espera a TellTale: una imagen con los conceptos de narrativa y diálogo en primer plano y un menor protagonismo para las tradicionales vías de la aventura gráfica. Esperemos que defectos como su casi inexistente dificultad y la casi desaparición de fragmentos realmente jugables acaben reparados en los próximos capítulos, y podamos decir que The Wolf Among Us no es solo una experiencia imprescindible, sino un videojuego sobresaliente.
Nota: 82