Hoy os traemos el análisis de uno de esos indies que dejaron un gran sabor de boca en su paso por PC, y que ahora, dado su éxito, desembarcan en consolas con nuevos controles pero con la esencia de siempre. Estamos hablando de This War of Mine, el título de los polacos de 11bit Studios que ahora llega a PS4 y Xbox One con todo el contenido de la versión de ordenador y con el apelativo The Little Ones que promete un interesante añadido.
En medio de la guerra
Una de las ideas que dieron notoriedad a este This War of Mine, es que por primera vez se enfocaba el drama de la guerra desde un punto de vista distinto. Aquí no lucharemos en ninguno de los dos bandos, sino que nuestra misión será sencillamente sobrevivir al conflicto armado, escondiéndonos, recolectando víveres o simplemente intentando mantener la cordura en una situación límite.
La historia tiene lugar en un país ficticio denominado Peragon, y donde estalla una guerra civil que ha diezmado la población y que nos obligará a salvar a todos aquellos que puedan sostenerse en pie. Todo esto se hará al más puro estilo Los Sims, vigilando siempre que nuestros personajes mantenga a un nivel aceptable sus necesidades vitales.
Aunque el sistema tiene similitudes con el juego de EA y Maxis, aquí está bastante más simplificado, ya que no tendremos que atender a necesidades fisiológicas ni nada por el estilo, sino que estas se basarán más en la alimentación, el descanso y el entretenimiento. Esto es un detalle bastante de agradecer, y es que el hecho de repetir una y otra vez las mismas mecánicas puede resultar tedioso, a pesar de su sistema rogue-like, el cual genera escenarios aleatorios tras cada partida, aunque eso sí, por muy diferente que sea el lugar, hay que comer o dormir exactamente igual.
La decisión de vivir
Como mencionamos, nuestro objetivo es la estabilidad de los refugiados, siempre manteniendo un equilibrio entre salud física y mental. Para esto es indispensable hacernos un refugio lo más confortable posible, ya que al fin y al cabo será nuestra casa durante la guerra.
Es aquí cuando se hace relevante el ciclo día-noche, ya que será durante las horas de luz cuando tengamos que remodelar nuestro refugio y recolectar todos esos objetos que nos permitan seguir vivos. Camas, estufas o armas serán tan esenciales para nuestra vida como una cocina o talleres para fabricar medicinas. Evidentemente lo ideal sería tenerlo todo, pero claro, esto es la guerra y hay que decidir.
Es el momento de hablar de ese apartado que hace tan diferente a este This War of Mine, la toma de decisiones. Los recursos son muy limitados, por lo que al final tenemos que jugar a ser Dios y elegir si es mejor tener una radio para seguir las noticias o enterarnos del parte meteorológico, o una estufa que nos mantenga calientes. Aunque parezca fácil, según pasan los cuarenta días que tendremos que sobrevivir entran en juego muchísimas variables que marcarán el futuro de nuestros personajes de una forma totalmente insospechada.
Cae la noche
Por supuesto las decisiones van más allá de elegir entre vendas o camas, y es que, parafraseando a la Dama Roja, «la noche es oscura y alberga horrores. Nuestra propia guerra comienza a lidiarse cuando cae el sol, y es aquí donde tenemos que empezar a poner a prueba nuestra ética y nuestra moral.
En un contexto tan límite, cosas como robar o incluso matar se comienzan a ver con otros ojos, y en el amparo de la noche tendremos que salir y hacer expediciones a lo largo de la ciudad para hacernos con esos víveres y materiales que tanto agradeceremos a lo largo del día. Es aquí cuando la jugabilidad cambia para fundamentarse en el sigilo, obligándonos a pasar desapercibidos ante el peligro.
Cada batida implicará ser sigilosos para no ser detectados al entrar en las casas de algunos de los habitantes que todavía pueden esconderse sin ser vistos. Claro, aquí es donde entra en juego nuestra ética y donde decidimos si salvar nuestro trasero condenando al resto, o bien evitamos hacer daño sufriendo nosotros, sobre todo si decidimos ir a algún lugar atestado de enemigos que nos vigilan con lupa.
Al igual que ocurre durante el día, la gestión del inventario también resulta importante, y es que una vez más tendremos que decidir que robar, en ocasiones incluso dejando morir a alguno de nuestros supervivientes para poder reparar nuestro refugio y salvar al resto. Al final todo se convierte en un tira y afloja mental en el que difícilmente tomaremos una decisión fácil.
La guerra en consolas
Lo primero que hay que mencionar a la hora de hablar de la llegada de This War of Mine: The Little Ones, es precisamente esa coletilla del título original que nos habla directamente del nuevo contenido de esta versión: los niños. Estos nacen como una variable que añade un punto de dificultad al juego, y es que aunque no pueden hacer trabajo, si tienen que comer, dormir y entretenerse, por lo que son unos supervivientes más a tener en cuenta.
Otro de los elementos propios de PS4 y Xbox One es el nuevo control adaptado al mando de consola. Este, aunque puede valernos, no acaba de resultarnos demasiado satisfactorio, y es que sobre todo en las partes nocturnas y en los enfrentamientos es culpable de muchos de nuestros errores. Al fin y al cabo, aunque suficiente, acabamos echando de menos el poder usar el teclado de nuestro PC.
Respecto al apartado gráfico, cumple notoriamente en su diseño en 2,5D. El diseño de los escenarios resulta simple, al igual que el de los personajes, aunque esto acaba resultando más que suficiente para el tipo de juego ante el que nos encontramos.
El apartado sonoro no brilla pero tampoco desluce, por lo que poco se puede decir sobre él. Respecto al idioma, contamos con voces en español, algo que siempre ayuda a comprender bien un juego en el que tenemos que tomar tantas decisiones.
Conclusiones This War of Mine: The Little Ones
Uno de los grandes indies del pasado año ha desembarcado en consolas con el mismo buen sabor que nos había dejado tras su paso por PC. Unas mecánicas similares, añadidas al nuevo contenido que llega a PS4 y Xbox One, hacen de este This War of Mine: The Little Ones, un título al que hincarle el diente si quieres vivir la guerra desde un original punto de vista.
La dura toma de decisiones y el sistema de gestión de nuestros bienes solo se ven empañados por un control no muy bien adaptado y por unas mecánicas muy repetitivas. A pesar de esto This War of Mine: The Little Ones es una apuesta segura para jugar a ser Dios durante unas cuantas horas.