Hoy en Títulos de la vieja escuela hablaremos de otro juego que al igual que nuestra entrada anterior se centra en la velocidad, esto es Extreme G. En la época de Nintendo 64 tuvimos grandes títulos de carreras, como el Mario Kart 64 o incluso el impactante F-Zero. Pero otro de los grandes juegos del género (quizás menos conocido) que llegué a disfrutar fue Extreme G. Sobre todo en su segunda entrega, en la cual me centraré hoy.
Este título está ambientado en carreras futuristas, pilotos de raza plasma impulsados por motocicletas al más puro estilo Tron, compitiendo en un Grand Prix intergaláctico y superando velocidades de 999 MPH. Una propuesta bastante sencilla, algo que en el fondo se agradece, porque donde más destacan los Extreme G es en su jugabilidad.
Buscando una fórmula muy similar a la del extraordinario WipeOut, Extreme G encontró su propia identidad dentro del género de carreras futuristas. Y es que cada una de las máquinas cuenta con sus propias características de control, diferentes límites de velocidad, armadura de tracción… Cada uno de los vehículos dispone de un medidor de energía con dos reservas separadas, uno para los escudos de protección y otro para el arma primaria básica.
Una vez en el juego, resulta vital establecer una estrategia entre escudo e impulso de velocidad, pues al utilizar el impulso de velocidad el escudo disminuye su energía. De esta manera, al quedar sin escudo, el jugador explotará al primer contacto o disparo de otro competidor, perdiendo la partida. También es posible que el jugador se caiga de las pistas cuando se conduce a través de saltos y obstáculos. En este caso, y como en la mayoría de estos juegos, el vehículo simplemente es teletransportado de vuelta a la pista.
Disponemos de tres refuerzos “Nitro” por carrera, y considerando la IA de los competidores es importante ser precavidos en su uso. Extreme G tiene un modo de campeonato que abarca desde el principiante hasta el experto, modo arcade y carreras multijugador. En el modo arcade competiremos directamente contra la CPU, mientras que en el modo multijugador es posible jugar con hasta cuatro jugadores simultáneos. Este modo multijugador es su punto fuerte, pero sinceramente con la pantalla dividida en cuatro resulta casi imposible ver lo que sucede en tu partida yendo a grandes velocidades, pudiendo llegar a resultar un poco frustrante.
Extreme G2 posee dentro de su catálogo de pistas algunas de las más únicas y difíciles de dominar incluso a día de hoy. Esas pistas llenas de curvas peligrosas que se recorres a 999 mph mientras suena aquella música tecno de fondo son una verdadera delicia.
En conclusión, Extreme G2 y en general la saga de Extreme G son una de mis favoritas en cuanto a carreras. Lamentablemente no hemos tenido un nuevo lanzamiento desde hace años, concretamente el 2001 cuando se lanzó Extreme G3 para PS2, y Acclaim al cerrar sus puertas desconozco quién poseerá actualmente la licencia para poder continuar con la franquicia. Aunque aún tengo la esperanza de que algún día vuelva esta aclamada saga, porque creo que con los gráficos que estamos viendo en la actual generación podríamos tener una experiencia realmente única con un nuevo Extreme G. ¡Ojalá hagan algún anuncio pronto!