El equipo de los Ghosts regresa una vez más con la nueva entrega de Tom Clancy’s Ghost Recon Wildlands para poner fin a un cártel organizado de contrabando que tiene a Bolivia, totalmente, bajo su control. La propuesta de Ubisoft, desarrollada por Ubisoft Paris para PlayStation 4, Xbox One y PC, nos llevará hasta los preciosos paisajes del país en busca de poner fin al cártel de Santa Blanca.
El cártel de Santa Blanca
Santa Blanca es uno de los mayores grupos de contrabando más grandes de la zona, es tal el poder que ha acumulado que los Ghosts deberán pisar terreno boliviano para ponerle fin. Al comienzo de nuestra misión nos tomarán unos minutos para crear y poner a punto el personaje, personalizándolo a nuestro gusto modificando cara, tono de piel, peinado, ojos, tatuajes e incluso el atuendo entre un largo etc. que sinceramente gustará a los más exigentes de este apartado.
Una vez hecho esto, entraremos de lleno en territorio boliviano con un objetivo: derrotar al mayor narco del planeta, el Sueño. Aquí es donde Tom Clancy’s Ghost Recon Wildlands destaca y mucho, porque para acceder a él antes tenemos que superar varios peces gordos situados por debajo, que uno a uno componen la pirámide del cártel. En total disponemos de cuatro jefes de operaciones subdivididos a su vez por un subjefe compuesto por otros cuatro jefes menores cada uno, a excepción de El Boquita que cuenta con cinco. En otras palabras, contamos con un total de 25 objetivos a abatir antes de enfrentarnos al jefe de jefes, el Sueño.
No obstante, para llegar hasta él nos bastará con acabar con dos jefes de influencias, dejando los otros dos a completar cuando queramos. Sinceramente esto le resta un poco de dificultad, ya que, desde nuestro punto de vista, hubiera sido mucho más completo y exigente completar los cuatro obligatoriamente para llegar hasta el mismo.
Tom Clancy’s Ghost Recon Wildlands se desarrolla a través de misiones donde tenemos que desestabilizar los principales pilares del cártel como son la seguridad, contrabando, influencia y producción. Estas misiones se encuentran a dispares por todo el mapa e irán aumentando según vayamos explorando y entrando en las diferentes provincias, dominadas a su vez por un jefe. Asimismo, disponemos de una gran infinidad de misiones secundarias para terminar de formar la experiencia de juego en Bolivia que van desde perseguir furgones e inutilizarlos, hasta acabar con todos los miembros de Santa Blanca de cierto lugar o robar helicópteros del cártel. Estas misiones serán importantes, ya que gracias a ellas conseguiremos recursos para los Rebeldes y de esta manera podemos mejorar nuestras habilidades.
En lo que se refiere a contenido Ghost Recon Wildlands va más que servido ofreciendo grandes cantidades de horas y entretenimiento, no obstante algunas secundarias pueden llegar a hacerse muy repetitivas e incluso monótonas (en la experiencia individual), dejando gran parte de la acción a las misiones principales (mucho más entretenidas).
Por su parte, la trama que nos cuentan en esta entrega del escuadrón de los Ghosts es bastante descafeinada. Contamos con muchas situaciones realmente épicas llenas de acción, sin salir de sus dosis de infiltración y sigilo, pero alejándonos de esos alicientes es una trama que, por lo menos a nosotros, nos ha parecido poco adictiva ya que esta en ocasiones llega a ser predecible. Como comentamos más arriba, nuestro objetivo es acabar con el Santo y todo su imperio. Es decir, unos buenos contra una gran cantidad de malos y muchos tiros. Un título que bien es cierto se puede jugar y rejugar en solitario pero que puede llegar a cansar en un par de horas. Pero no nos malinterpretéis ¿quiere decir esto que Tom Clancy’s Ghost Recon Wildlands es mal juego? En absoluto, y si habéis leído hasta aquí os explicaremos el porqué.
Wildlands, nos atreveremos a decir que nada más iniciarlo, es el típico título que desde el segundo cero te das cuenta que está hecho para disfrutarlo acompañado de un amigo/compañero o una escuadra al completo e ir resolviendo cada una de las tramas y misiones localizadas a lo largo y ancho de toda Bolivia. Siendo este su gran aliciente fomentando el trabajo en equipo, comunicación, estrategia y efectividad. En resumidas cuentas, agradable en solitario, pero divertido y completo en compañía.
Además Tom Clancy’s Ghost Recon Wildlands cuenta con una jugabilidad la mar de exquisita para el género shooter. Donde disponemos de un gran arsenal de armas, la gran mayoría de ellas personalizables hasta un punto realmente alto donde prácticamente todo es modificable. Encontramos diversidad como francotiradores, escopetas, fusiles de asalto o subfusiles cada uno de ellos con muchos estilos de color y piezas a cambiar como el tambor o mira, o accesorios como empuñaduras en un abundante etcétera.
En cuanto al sistema de combate, en caso de que juguemos solos podemos ejecutar órdenes a nuestro equipo de soldados para que nos ayuden a hacer las misiones un poco más fáciles. A través de varios comandos podemos indicarles que abran fuego, se agrupen, que vayan a cierta área o esperen hasta más órdenes. Dándonos la oportunidad de tener más control sobre la Inteligencia Artificial del juego y utilizarla más cómodamente. Fuera de estas tácticas, según mejoremos ciertas habilidades, conseguiremos el Fuego sincronizado, que en un principio será de un único señalado capaz de mejorarse hasta tres veces. Dando rienda suelta a nuestra imaginación y marcar hasta tres enemigos en combate para acabar con cuatro a la vez.
De igual manera ocurre con los apoyos Rebeldes, que según los vayamos desbloqueando nos permitirán pedir un ataque de mortero, una distracción, solicitar la entrega de un vehículo, una sesión de reconocimiento o matones a sueldo.
Hasta el Santo tiene pegas
Que nuestro principal villano se llame ‘El Santo’ no quiere decir que todo lo que encontramos en Ghost Recon Wildlands sea bueno. A lo largo de nuestra sesión de juego hemos encontrado algunos peros en la jugabilidad y todo lo relacionado con este apartado.
Como bien hemos comentado palabras más arriba las misiones secundarias llegan a hacerse realmente repetitivas. Tema que no debería de ser un impedimento para los más veteranos en los sandbox, ya que es algo muy normal en este tipo de género, pero a parte de esto podemos ver que Wildlands a penas intenta innovar o diferenciarse de otros títulos, sino que ha preferido recoger aspectos de estos y juntarlos para ofrecer una experiencia buena, pero lejos de ser algo única. Enfocándose a un sandbox más genérico y perdiendo bastante personalidad en este aspecto.
Otro punto que nos ha parecido muy a mejorar es la experiencia de conducción ya sea en cualquier vehículo disponible en el juego y os avisamos de que pocos no son. Yendo desde terrestres como caravanas o tanques, hasta aéreos como helicópteros y avionetas o incluso acuáticos como barcas o lanchas. Como veis a nivel de contenido es abundante, lástima que no sea igual en su conducción. Esta es realmente tosca y poco realista, los vehículos son algo complicados de dominar en ciertos momentos debido a su rigidez. Como punto positivo, la posibilidad de ordenar un asalto a nuestros compañeros para acabar con cualquier integrante o grupo de Santa Blanca sin necesidad de echar el freno.
Por otro lado, hemos podido encontrar algunos pequeños bugs, como uno que nos ha ocurrido en la planta baja de la casa de la Yuri y el Polito, donde aparentemente no había ni rastro de ningún enemigo y que de repente nos dispararan y aparecieran de la nada delante de nuestros ojos, como si de fantasmas se trataran. Aparte de otros menores de texturas y modelados.
Viva Bolivia
Con respecto el apartado gráfico, debo dar la enhorabuena a Ubisoft por el gran nivel técnico conseguido en Tom Clancy’s Ghost Recon Wildlands. En esta ocasión vemos un juego estable en la gran mayor parte de su mapeado y lugares (jugado en PS4 Slim), que bien es cierto sufre de algunos problemas de iluminación y texturas puntuales. Bolivia es, sin duda, el ingrediente “secreto” de esta fórmula porque contamos con una réplica del país sorprendente con zonas muy vivas, coloridas y fascinantes visualmente. Cualquier rincón de este gigante sandbox estará repleto de movimiento ya sean vehículos o personas de todo tipo moviéndose e interactuando de un lado a otro. Aunque echamos en falta algo de fauna para darle un toque más realista.
Las texturas son de un alto nivel para consolas que cumplen perfectamente con su cometido tanto en largas distancias como cortas, aunque en estas últimas quizás para los más exigentes no lleguen a ser de su gusto. En conjunto, la obra de Ubisoft luce de forma agradable con buenos juegos de iluminación-sombra y ambientaciones, hasta una más que acertada paleta de colores para los majestuosos paisajes y vistas de Bolivia.
De igual manera, el título cuenta con su propio ciclo de día y noche para dar más variedad durante la partida, así como de cambios climáticos donde podemos ver que se nos pone a llover a cántaros. No obstante los modelados de personajes desentonan un poco con la calidad de escenarios, dando la impresión de que estos podrían haberse pulido y cuidado un poco más en ciertos detalles.
Además, hacer cierta mención al tema musical y audio disponibles en el juego. Compuesto por un abundante repertorio de pistas ambientales muy bien interpretadas y localizadas según la situación, a parte de contar con un buen nivel de doblaje al castellano que dista en algunos personajes secundarios o menos importantes. Lo mejor y que hará que nuestros viajes sean más amenos, los comentarios y chistes que se hacen entre los cuatro miembros del equipo.
Conclusión Tom Clancy’s Ghost Recon Wildlands
Ubisoft ha conseguido crear con Ghost Recon Wildlands una entrega de la saga Ghost Recon digna de mención, con sus pros y peros en lo que se refiere a lo técnico, pero a fin y al cabo un gran título que se deja disfrutar de principio a fin. Es cierto que la esencia de títulos originales está presente aunque en menor medida perdiendo un poco de personalidad. Tom Clancy’s Ghost Recon Wildlands es un título muy recomendable para disfrutarlo en compañía, o en solitario -con tranquilidad- por todo el contenido que nos ofrece desde el principio y que se verá aumentado a través de expansiones.