Hay veces que nos encontramos juegos diferentes, títulos que pasan desapercibidos durante su desarrollo, pero que irrumpen en el mercado como una obra de arte, Transistor es un ejemplo de ello. Supergiant nos vuelve a deleitar con un Action RPG diferente, desde su historia, pasando por un característico apartado técnico, hasta una banda sonora para recordar. Siguiendo la estela de Bastion o de juegos clásicos como Baldur´s Gate, nos encontramos con un título que trae nuevas ideas, pero manteniendo un concepto clásico, divertido al principio, pero monótono al final de la partida. No estamos ante un juego perfecto, pero sí ante un idea innovadora que sabe conmover al jugador y alejarlo de los cortes clásicos.
Nada más comenzar la partida nos encontramos con Red, una misteriosa chica sentada frente a un cadáver con una espalda mágica clavada en el estómago. Nada más hacernos con la espada, ésta nos infunde un sentimiento de venganza por los acontecimientos ocurridos, que al principio desconocemos y hasta mediada la historia no comenzamos a comprender todo el entramado de Transistor.
https://www.youtube.com/watch?v=azzV22rllQ4
Toda la historia está concebida en la ciudad de CloudBank, un lugar donde sus ciudadanos han desaparecido y solo quedan una maquinas que siembran el terror y la desolación. Para ir comprendiendo mejor la historia, podemos consultar unos terminales que nos aclaran situaciones vividas o nos consultan nuestra opinión sobre algún aspecto. CloudBank es una ciudad lineal, comprendida como si fuera una gran mazmorra al estilo Diablo, donde tenemos una puerta de entrada y una de salida. A pesar de ser ello, no estamos ante un juego aburrido ni que pierda un ápice del interés que nos ofrece al principio de la historia, puesto que tanto el guión, que nos sumerge en la intriga, como las batallas contra los enemigos, hacen que el juego sea gustoso de jugar y de ver.
Sin duda, lo que destaca de Transistor es su jugabilidad. Ha sabido combinar toques de aquí y allí para conseguir un Action RPG diferente. Disponemos de cuatro tipo de ataques, que realizamos pulsando un botón u otro. A medida que vayamos avanzando en el juego, vamos obteniendo otros tipos de ataques, que podemos sustituir a los ya obtenidos o utilizarlos de apoyo con los ya equipados.
Ya con nuestros ataques equipados, el combate se puede disputar de dos formas diferentes. Por una lado podemos ir atacando pulsando el botón que convenga en tiempo real (estilo Diablo), o podemos planear nuestro ataque de forma más tranquila y estratégica. Para ello, pulsamos R2 y el escenario se convertirá en una especie de tablero de ajedrez donde podemos gestionar nuestro ataque. En este caso contamos con un limitador de movimientos que nos hará la tarea más difícil, y pensar que movimientos tenemos que realizar de forma óptima es la clave del asunto. A medida que vayamos eliminando a los enemigos se van transformando en celuloides, que debemos conseguir para rellenar nuestra barra de movimientos, puesto que si no los obtenemos, pasados 10 segundos, se volverán a transformar en el enemigo derrotado.
Hay que decir que a medida que avancemos en el juego, que dura unas cinco o seis horas cortas, la estrategia más recomendable será siempre pararte a visualizar el escenario e intentar hacer la táctica más productiva.
A medida que nos vayan golpeando se irá eliminando nuestra barra de vida, que al agotarse por completo, se nos bloqueará uno de nuestros ataques, que podremos recuperar un tiempo después. Hay que decir que el juego no es complicado, y terminarlo no será un reto difícil. Pero a partir de finalizarlo por primera vez, podemos volver a jugarlo con nuestras habilidades aprendidas y con la dificultad de nuestros enemigos acorde al nivel que poseamos en ese momento. A partir de ahí, es cuando Transistor comienza a ser un reto y de verdad exprime a los más puristas del género. Hay que señalar que a pesar de tener dos formas diferentes de afrontar los combates, poco a poco se irán convirtiendo en más monótonos y puede que para algunos jugadores ese planteamiento de combate-avanzar-combate les llegue a cansar. Os dejamos con un gameplay del juego para que comprendáis mejor el sistema de combate
Técnicamente el juego llama mucho la atención. Con una estructura gráfica clásica del género, recupera estilo de dibujado característico de Supergiant, que queda muy bonito y, junto al apartado sonoro, configura un título que realmente entra por lo ojos y que demuestra que se pueden conseguir cosas muy buenas sin un despliegue técnico majestuoso. Las escenas de las historia son dibujos, realmente conseguidos y que saben transportar al universo de Transistor de forma excelente.
La banda sonora es un apartado que merece toda la atención del jugador. Cada melodía se une perfectamente a lo que el juego quiere transmitir. A medida que vayamos avanzando en el juego podemos ir consiguiendo diferentes temas para ponerlos a nuestra elección, pero todos ellos, realizados con mimo y una calidad más que sobresaliente. Además la voz en off de la espada, a pesar de estar en inglés, también transmite ese tono de misterio que engloba a todo Transistor. Os dejamos con un tema del juego para que los disfrutéis.
Transistor es juego diferente, para públicos distintos. Un título que entra por los ojos y por el odio, y a pesar de ser algo corto y que el sistema de combate pueda llegar a cansar, es un juego totalmente recomendado. Una experiencia diferente que todo gamer debe probar, y que sin duda agradecerá. Estamos ante ese tipo de juegos que llega sin hacer ruido, pero que se convierte en indispensable para todo amante de los videojuegos. Por ello, creemos que Transistor, ya sea en su versión de PS4 o Pc, tenéis que jugarlo para experimentar algo diferente. Sin duda no os defraudará.
Lo bueno
- El apartado sonoro.
- Las dos posibilidades de afrontar los combates.
- Una historia llena de misterio que absorbe.
- Uno de esos juegos que nadie debe perderse.
Lo peor
- Juego de cuatro o cinco horas, aunque es rejugable.
- Un sistema monótono que a algunos puede llegar a cansar.
- Que muchos jugadores se pierdan el juego por la desinformación.