Valiant Hearts. Análisis PS4

Hoy os traemos uno de los juegos cumbres de Ubiart Framework: Valiant Hearts. Este juego se nos anunció ya hace un tiempo y por fin hemos podido jugarlo en nuestra PS4. ¿Aventura, aventura gráfica, puzles? ¿Cómo definirlo? Una mezcla de todos esos géneros. El juego de Ubisoft Montpellier nos transporta a un contexto cruel, en el que millones de humanos murieron y que en contadas ocasiones se ha contado con tanto sentimiento, ese lugar es la 1º Guerra Mundial.

Ternura, miedo, alegría, emoción, nervios, relajación… el título es capaz de traernos todo tipo de emociones. Sin embargo, no nos lo contará como nos los cuentan los libros y los profesores. Valiant Hearts es contado a través de cinco puntos de vista: cuatro humanos y un animal. Sí, un animal. ¿Sabíais que los soldados adiestraban perros para que estos cumplieran funciones equiparables a las de los humanos? Los animales eran capaces de transportar heridos, recuperar municiones, ser espías y lo más común, mensajeros. Hasta un perro fue condecorado como sargento, el Sargento Stubby. Pues esto y mucho más nos cuenta este brillante juego. Adentrémonos más en él.

 

Emile, Freddie, Anna, Karl y Walt, el perro. Estos son nuestros cinco protagonistas. Emile es un granjero francés que fue obligado a entrar en las filas del ejército. No es el más importante pero sí el que más nos toca la fibra. Freddie, voluntario americano que quiere hacer todo lo posible para vengar la muerte de su mujer. Su único objetivo, matar alemanes. Más tarde conoce a Emile y entabla una verdadera amistad con él. Anna es una estudiante vetetinaria belga, su padre está secuestrado por el bando alemán y necesita ayuda para rescatarlo.  Karl es el marido de Marie, hija de Emile. El pobre es expulsado de Francia por ser alemán y además tiene que adentrarse a las filas de los germanos. Por último, tenemos a Walt. No nos contará su punto de vista pero sí que será un elemento imprescindible para que siga la historia. Así pues, nuestros cinco héroes librarán batallas interiores y exteriores a lo largo de varios años.

La Gran Guerra nos es contada a través de cuatro capítulos formados por siete misiones cada uno. Cada misión suele contar un hecho memorable de esta batalla, como Ypres o Marne, pasando por el sufrimiento de ciudades como Reims. Gas cloro, tanques, dinamita… decenas de elementos que se usaban entonces (y por desgracia, hoy en día también) están presentes y se pueden usar. Como toda historia que se precie, hay un antagonista. En el bando alemán tendremos a un caso en concreto al que tendremos que perseguir por dos razones: porque es el malo y porque tiene cautivo al padre de Anna. Lo tiene secuestrado por ser inventor y poder crear armas para la guerra. Hablamos del Barón Von Dorf.

Francia y Bélgica serán los países protagonistas. Dentro de ellos “visitaremos” numerosas localidades marcadas por el fuego enemigo. Dentro de las misiones, si pulsamos el botón triángulo, nos aparecerá un listado con hechos históricos (reales) acompañado de verdaderas fotos. Es remarcable este aspecto porque nos aporta muchísima información acerca de esta sangría que sucedió desde 1914 hasta 1918. Valiant Hearts se añade a la lista de juegos que nos hacen aprender eficazmente aspectos básicos de la historia de la humanidad. Por otro lado, si pulsamos el botón cuadrado, nos aparecerá una lista de coleccionables que recogeremos en cada misión, desde vestimentas hasta cuchillos, pasando por relojes y lámparas. De todo se abandonaba en la época, miles de casas eran desalojadas y quemadas por alemanes. También se añadirán automáticamente las cartas, una sección al lado de los coleccionables en la que podremos leer todos los escritos de nuestros personajes durante la época. Pueden ser diarios o cartas a familiares, cualquier cosa para no sentir el otro enemigo en la guerra, la soledad.

 

Ubiart Framework, responsables de obras de arte como Rayman o Child of Light, se ha encargado de la estética. Es una novela gráfica en realidad, el juego avanza a través de viñetas animadas que aparecen por las esquinas. Con un gran perfilado y colores lúgubres (usando marrones y verdes principalmente) nos colocamos dentro de las trincheras y también nos sentimos sucios y rodeados de muerte (espero no haber sido el único). En determinadas ocasiones se ven brillos o colores chillones, destacar momentos como el entrenamiento inicial o cuando se iza la bandera francesa. Claramente los colores azul, blanco y rojo llenarán nuestras pantallas al son de la Marsellesa.

Valiant Hearts es un juego diferente, creo que eso ya ha quedado claro a este punto del análisis. Un detalle que me chocó al empezar y que me encantó fue el siguiente, no se puede saltar. El botón X no tendrá esa función. Eso lo hace aún más realista, un soldado moribundo no iba a saltar barrancos y marcarse un Nathan Drake a través de la dinamita. Para atravesar obstáculos llevaremos el joystick hacia la derecha o hacia arriba y nuestro muñeco lo subirá. Si no puede, se buscará la vida para llegar. Escaleras, plataformas que ascienden, árboles… el juego estará lleno de puzles para poder llegar hasta determinados sitios.

Walt nos será de vital importancia para esos puzles. El gas cloro fue una de las principales causas de muerte en la Gran Guerra y los soldados no podían atravesarlo si no tenían máscaras de gas. Nuestro fiel perro se podrá agachar y ponerse en la posición adecuada para que el gas no le llegue. Por lo tanto, podrá llegar al otro lado de los espacios donde nos encontremos y tener acceso a manivelas. Con mantener el R1 nos es suficiente para controlarlo, la pantalla se oscurecerá y saldrán botones en los objetos donde podamos interactuar con el perro.

En cada misión habrá repartidos puzles de todo tipo, todos obligatorios. Una carencia del juego son las misiones secundarias. No hay ninguna, el único motivo para rejugarlo es conseguir todos los objetos coleccionables o como en nuestro caso cuando ya los hemos conseguido, para emocionarnos de nuevo con la aventura. Bien es cierto que no cansa, el jugador se engancha y ni su plato preferido le hará despegarse de la pantalla.

Relacionado con este aspecto está la duración. En unas ocho-nueve horas el juego puede estar terminado. Las únicas cosas que nos pueden costar son los objetos coleccionables o las misiones en el coche. Cuando Anna haga de taxista (ya sea para soldados o para Emile y Freddie) manejaremos su coche y nuestro objetivo será el de esquivar los obstáculos. Tanques, minas, vallas, aviones… los germanos pondrán todo su arsenal sobre las vías para pararnos los pies.

En estas misiones de taxista es donde hemos disfrutado más la banda sonora. Melodías como “Orfeo en los infiernos”, un himno para muchos, pueden ser escuchadas en estas “persecuciones”. El «doblaje» y la traducción están totalmente en castellano y para los amantes de Juego de Tronos habrá sorpresa, Jorah Mormont nos narrará la aventura. La Marsellesa, Broken Wings o For Catrin también son audibles. Himnos para homenajear a los caídos, himnos para motivar a los que viven, himnos que ensalzan la gloria de una nación… un juego no es nada sin su música y aquí un caso más.

¡En marcha, hijos de la Patria, ha llegado el día de gloria! Contra nosotros, la tiranía alza su sangriento pendón. (bis) ¿Oís en los campos el bramido de aquellos feroces soldados? ¡Vienen hasta vosotros a degollar a vuestros hijos y vuestras compañeras! ¡A las armas, ciudadanos! ¡Formad vuestros batallones! ¡Marchemos, marchemos! ¡Que una sangre impura inunde nuestros surcos!

Aquí la primera estrofa y el estribillo del himno de La Marsellesa. Escrita en 1792… 122 años antes del contexto del juego. Como vemos, describe de una forma ideal la situación ¿ha cambiado el ser humano? NO. Ubi también nos ha mostrado eso y lo ha sacado a relucir en un momento cumbre. En definitiva, Valiant Hearts es un homenaje a todos aquellos soldados, amigos y familiares que perdimos en esos cuatro años.

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