Este año (2017) posiblemente pasará a la historia de los videojuegos como un gran año. La cosecha de títulos destacados ha sido extensa, empezando por la hornada de pesos pesados de la gran N; el nuevo Zelda y el reciente Super Mario Odyssey, siguiendo por la apuesta de Sony por los mundos abiertos (Horizon Zero Dawn) o la continuación del ya inmenso primer Destiny. Pero a pesar de esto, no todo han sido buenas noticias en la industria y mucho menos para los jugadores. Varias han sido las polémicas, pero el precio de los abusivos pases de temporada, los micropagos y las cajas de recompensa desde luego han estado en boca de todos. Por todo esto el lanzamiento de Wolfenstein 2 The New Colossus ha sido para los jugadores más talluditos una necesaria bocanada de aire fresco, y es que volver a los botiquines y dejar de lado los abarrotados multijugadores al menos por un tiempo es ciertamente reconfortante.