WRC es una de las franquicias automovilísticas más longevas del mundo de los videojuegos. Desde hace ya unos cuantos años lleva aportando títulos de calidad irregular a todas las plataformas. Tras el lanzamiento de WRC 4 para PS3, PSVita, y Xbox 360, ahora llega, de la mano de Firebrand Games, la versión para 3DS, la cual mantiene poco más que el nombre y las licencias respecto al resto de ediciones.
Como un coche con limitador
Nada más encender nuestra Nintendo 3DS ya nos hacemos una idea de las limitaciones de este WRC. Tenemos tres modos: temporada, carrera rápida y etapas especiales. En un primer momento tenemos todo bloqueado, excepto la primera etapa del rally de Montecarlo en los dos primeros modos. Para adquirirlo debemos de ir ganando puntos de habilidad en las carreras de temporada. Estos también nos servirán para comprar todos los pilotos oficiales de WRC, ya que igualmente solo podremos disputar carreras con el único disponible hasta desbloquear más.
Las opciones son tremendamente limitadas, tanto en carrera como fuera de ella. Únicamente podremos cambiar las unidades de velocidad, la lejanía de la cámara y si ver o no las indicaciones en pantalla. No tenemos niveles de dificultad, ni variación en las ayudas de la conducción ni nada por el estilo.
Una simulación demasiado arcade
Si pensamos en WRC lo primero que se nos viene a la cabeza es simulación pura y dura. Pues el juego que ha llegado a 3DS se ríe a carcajadas de esto, trayéndonos una experiencia pseudo-arcade, que se queda en tierra de nadie.
El control se simplifica a 3 botones, uno para acelerar, otro para frenar y un tercero para rebobinar. Esto es todo lo que hay, por lo que os podéis imaginar la complejidad que nos ofrece. El reto del título consiste en hacer lo mejor posible los giros más cerrados, los cuales nos otorgarán los puntos de habilidad, y en intentar no despeñarse ni chocar demasiado. Además no podremos eliminar el dibujo de la trazada, una opción que echamos en falta para una conducción más pura. Lo que sí debemos de decir es que el nivel de respuesta es bastante decente y el control no es frustrante, por lo que sí consigue ser entretenido de jugar.
Respecto a las colisiones, existen, son probables, y únicamente afectan a una barra de daños que simula el deterioro del motor. La carrocería queda totalmente intacta ocurra lo que ocurra, algo aceptable hace años, pero hoy en día hay capacidad de sobra para que esto no sea así.
Como decimos, todo se ha simplificado muchísimo, y la verdad es que la experiencia se queda muy escasa, dando la impresión de haber hecho un port tan deprisa y corriendo que se han quedado a medias.
Licencias salvadoras
Antes de profundizar más, todavía nos estamos preguntando el porqué de tanto sonido de cuervo en las carreras. Es un inciso tan absurdo como el hecho en sí, pero todavía no comprendemos que pintan ahí.
Ahora, entrando ya en lo realmente importante, debemos de hablar del apartado técnico. No es del todo malo, no luce genial y a veces el coche no se comporta como debiera, pero tampoco se puede decir que de grandes problemas. El 3D simplemente es malo, no vale la pena molestarse en ponerlo, sobra y molesta.
Gráficamente presenta una serie de luces y sombras bastante importante. Lo primero que hay que reconocer es que cuenta con las licencias de la FIA WRC, tanto de circuitos como de pilotos, algo muy positivo y de agradecer. A partir de aquí, poco más bueno se puede decir. La calidad gráfica es bastante floja y no hace falta compararlo con un Mario Kart o con un Super Smash Bros, sino que pierde con cualquier juego de nivel medio bajo. Un diseño muy plano, unos circuitos repetitivos a más no poder y una resolución terrible son la carta de presentación de esta versión.
El sonido se divide entre un coche que suena más bien como una cosechadora, y cuervos. Así te pasas la carrera. Cuando sufres alguna colisión el sonido no es más realista y aunque hay que reconocer que la 3DS no tiene los mejores altavoces del mercado, el trabajo es muy deficiente.
WRC consigue sacar la cabeza del fango gracias a que, a pesar de todos sus fallos, entretiene. Con títulos en el mercado como Mario Kart, que realmente no es mucho más arcade que este, existen muy pocos incentivos para adquirir un juego hecho deprisa y corriendo y con tan pocas opciones de configuración y simulación que asusta. Si te lo regalan, te entretendrás con él, pero si lo pagas te llevarás un buen chasco con todas las alternativas que existen tanto de otros títulos como del mismo para otras plataformas.
Lo Mejor:
Las licencias oficiales de WRC.
Al final, logra entretener.
Lo peor:
El apartado gráfico y sonoro.
Las opciones tan limitadas.
Que un juego de simulación como el WRC sea totalmente arcade.