Uno de los ejecutivos de marketing de Microsoft, Yusuf Mehdi, ha declarado que la compañía norteamericana está estudiando la posibilidad de sacar mas rendimiento en su hardware un poco más, ya que no será necesario usar Kinect en las Xbox One que no lo incluyen o el poder desactivarlo quien posea el sensor.
«Estamos en conversaciones con nuestros distribuidores de juegos sobre qué debemos hacer en esta situación, y tendremos más cosas que contar sobre todo esto pronto», dijo Mehdi, refiriéndose a las palabras que dijo Andrew Goossen: «Xbox One tiene un 10% de reserva en la GPU para procesamiento de sistema, esto se usa tanto para el procesado GPGPU de Kinect como para el renderizado de contenidos simultáneos de sistema como el `snap mode´».
«La reserva actual proporciona un fuerte aislamiento entre el juego y el sistema, y simplifica el desarrollo del juego, ese aislamiento significa que las cargas de sistema (que son variables) no perturbarán el rendimiento del renderizado del juego», y siguió detallando los planes que tienen, «En el futuro planeamos abrir más opciones a desarrolladores para acceder a esa reserva de GPU mientras mantienen plenas funcionalidades de sistema».
Microsoft parece que se pone las pilas, deshaciéndose de Kinect y queriendo potenciar un poco más si cabe la consola. Estamos presenciando giros inesperados en Xbox One, puede que el cambio de rumbo, la salida de buenos juegos en navidades, la bajada de precios y no necesitar a la fuerza el sensor Kinect de como resultado a un incremento en las ventas, todo esto se verá en navidades.